El emblemático Monte Fuji de Japón, una maravilla natural reconocida mundialmente y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, se enfrenta a desafíos cada vez mayores debido al incremento del turismo y las crecientes preocupaciones sobre la seguridad y la preservación del medio ambiente. En respuesta a estas cuestiones, la prefectura de Yamanashi anunció una serie de nuevas regulaciones destinadas a gestionar de manera más efectiva la afluencia de visitantes durante la temporada de escalada, que abarca desde el 1 de julio hasta el 10 de septiembre.
Una de las medidas más destacadas es la implementación de un sistema de reservas anticipadas y el establecimiento de una tarifa para aquellos que deseen ascender por el popular sendero Yoshida. A partir de ahora, los escaladores deberán reservar su acceso con antelación y abonar una cuota, lo que permitirá controlar el flujo de personas y garantizar una experiencia segura y ordenada en la montaña.
Para evitar la sobrecarga y proteger la fragilidad del entorno natural del Monte Fuji, se estableció un límite diario de 4,000 escaladores. De estos, se reservarán 3,000 espacios a través de plataformas en línea, mientras que las 1.000 plazas restantes estarán disponibles para reservar en persona. Esta distribución busca facilitar el acceso equitativo a la montaña y reducir el impacto negativo sobre su ecosistema.
Estas nuevas normativas representan un paso importante en el esfuerzo por equilibrar la preservación del Monte Fuji con la creciente demanda turística. Al garantizar un control más estricto sobre el número de visitantes y promover prácticas responsables de turismo, Japón busca preservar la belleza y la integridad de uno de sus símbolos más emblemáticos para las generaciones futuras.
Fuente: La Voz.
