La Navidad se consolida como uno de los productos turísticos más fuertes a nivel global

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La Navidad se posiciona como uno de los productos turísticos y comerciales más relevantes del mundo, no solo por su valor simbólico y cultural, sino también por su enorme impacto económico y turístico. Así lo analizó – en diálogo con Tres60.travel – Armando de la Garza, director y editor de la web México Extraordinario, al referirse al rol estratégico que esta celebración tiene para los destinos, especialmente en México.

Considerada una fecha de unión familiar y social, la Navidad genera además uno de los movimientos turísticos más significativos del año. Miles de viajeros eligen reencontrarse con sus lugares de origen, mientras otros optan por destinos específicos para celebrar las fiestas, lo que impulsa la ocupación hotelera, el transporte aéreo y la actividad comercial durante un período que se extiende por más de 40 días.

En el caso mexicano, la Navidad representa un fenómeno económico de gran magnitud. Según datos compartidos por el especialista, esta temporada genera ingresos equivalentes a cerca del 20% del movimiento comercial anual, con cifras que alcanzan decenas de miles de millones de dólares. El personaje de Santa Claus, convertido en ícono global a partir del siglo XIX, forma parte central de esta construcción cultural que hoy funciona como un potente atractivo turístico y comercial.

Las tradiciones navideñas y de fin de año en México también juegan un papel clave en la experiencia del visitante. Costumbres como la cena familiar, el intercambio de regalos, las celebraciones de Año Nuevo y los rituales populares vinculados a los viajes, la abundancia o el amor forman parte de una identidad cultural que atrae tanto a turistas nacionales como internacionales.

En términos turísticos, esta etapa es considerada temporada “platino” para los destinos de sol y playa. Zonas como Riviera Maya, Puerto Vallarta, Acapulco y Tulum registran una fuerte llegada de visitantes provenientes de Europa, Canadá y Estados Unidos, con un alto gasto promedio. A esto se suma el turismo de estadías largas, especialmente de adultos mayores que huyen del invierno del hemisferio norte y permanecen durante semanas o meses en destinos y pueblos mágicos del centro del país.

De esta manera, la Navidad no solo se reafirma como una de las celebraciones más importantes del calendario global, sino también como un producto turístico estratégico que permite a México cerrar el año con altos niveles de actividad, posicionamiento internacional y un flujo sostenido de visitantes.