La promulgación de la nueva Ley General de Turismo en Brasil, sancionada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, representa un paso clave en la estrategia del país para fortalecer su mercado turístico. Con un enfoque en la democratización del turismo, la ley busca crear oportunidades para que personas de bajos recursos puedan acceder a viajes y disfrutar del derecho a explorar el país.
Uno de los elementos centrales de la ley es la intervención del Estado para garantizar rutas aéreas accesibles y precios competitivos. Para apoyar este objetivo, las compañías aéreas podrán acceder a préstamos subsidiados del Fondo Nacional de Aviación Civil (FNAC), con un fondo de 8 mil millones de reales. Este apoyo financiero se utilizará para ampliar y renovar la flota de aviones, así como para subsidiar el combustible de vuelos a destinos amazónicos.
El presidente Lula enfatizó que esta ley beneficiará tanto a los empresarios del sector turístico como a los consumidores, ayudando a impulsar la industria. Adicionalmente, se prevén medidas que facilitarán la creación de empresas, reduciendo la burocracia y promoviendo la inversión tanto pública como privada.
Otro aspecto innovador de la ley es el fomento del uso de combustibles limpios, especialmente en la aviación regional, para destinos de turismo ecológico. Esto está alineado con una visión más sostenible del turismo.
Finalmente, se firmó un acuerdo con la ONU Turismo para establecer una oficina en Río de Janeiro, con el objetivo de promover el turismo brasileño y fortalecer las conexiones con otros destinos de Iberoamérica y el Caribe. Este esfuerzo busca no solo atraer más turistas, sino también proyectar a Brasil como un destino clave en la región.