Las políticas económicas del gobierno de Javier Milei impactaron fuertemente en el turismo argentino. El país experimentó una caída del 30,3% en el arribo de turistas extranjeros y, al mismo tiempo, un crecimiento del 24,7% en los viajes de argentinos al exterior. Brasil se posiciona como el destino predilecto por su conveniencia económica.
Según datos del INDEC, en octubre ingresaron 414 mil turistas extranjeros a Argentina, con una marcada disminución respecto al año anterior. En contraste, 654 mil argentinos salieron del país en busca de mejores precios, siendo Brasil el segundo destino más elegido (18,4%), superado solo por Chile (23,4%).
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Los elevados costos de alojamiento, gastronomía e indumentaria en Argentina alejan a los visitantes extranjeros de destinos icónicos como los glaciares patagónicos o las Cataratas del Iguazú. La inflación y la apreciación del peso argentino han hecho que vacacionar en Mar del Plata sea hasta un 35% más caro que en Cancún y casi el doble que en Río de Janeiro.
Por su parte, la devaluación del real brasileño, cercana al 20% este año, impulsó una “invasión” de argentinos a las playas de Brasil, donde el verano promete un flujo masivo de turistas. Este éxodo preocupa al Banco Central y al gobierno debido al impacto en las reservas.
Un estudio de la Fundación Ecosur comparó los costos de una estadía para una familia de cuatro personas en enero de 2025. La «canasta estadía» reveló que vacacionar en Mar del Plata es más caro que en Cancún y Río de Janeiro, mientras que destinos como Punta del Este y Miami resultan aún más costosos. Al sumar traslados y seguros, Mar del Plata apenas resulta 10 dólares más barato que Río.
Con precios locales en ascenso, el turismo argentino enfrenta una temporada desafiante y una creciente preferencia por opciones en el exterior.