El crecimiento hotelero en destinos urbanos como Santo Domingo plantea interrogantes clave sobre sostenibilidad, competencia y planificación turística. Javier Noguera, director de Infotur Dominicano y columnista de Tres60.travel, analiza el panorama y los desafíos que enfrentan las ciudades frente a la expansión del sector.
Con marcas internacionales como Hyatt, Hilton y Marriott invirtiendo activamente en República Dominicana, ciudades como Santo Domingo y Santiago están viviendo un auge en la construcción de nuevos hoteles. Sin embargo, esta buena noticia para la inversión extranjera trae consigo una serie de desafíos estructurales, económicos y sociales que no pueden pasarse por alto.
“Es el mismo pastel, pero más dividido”, afirma Javier Noguera. “Hay más actores, más competencia, pero también más presión sobre los servicios urbanos y sobre el mismo destino como producto turístico.”
¿Hasta dónde puede crecer una ciudad?
Uno de los principales retos radica en encontrar el equilibrio entre el crecimiento de la oferta y la demanda real. Aunque en ciertos momentos la ocupación alcanza picos del 80%, también hay temporadas donde los niveles bajan al 30% o incluso menos. La pregunta es inevitable: ¿cuántas habitaciones puede absorber un destino urbano sin llegar a una saturación insostenible?
Además, la competencia no solo es entre hoteles: el avance de plataformas de alquiler temporal y proyectos tipo condotel también impacta en el mercado y modifica el uso del suelo urbano.
Más hoteles, más presión sobre las ciudades
Noguera advierte sobre los efectos colaterales de este crecimiento. “Aumenta la demanda de agua, electricidad, estacionamiento; cambia la infraestructura urbana. Si antes había casas, ahora hay edificios y hoteles. Eso requiere adaptar redes de servicios que no estaban preparadas para esa densidad.”
También se genera tensión entre los residentes permanentes y el flujo turístico, fenómeno visible en ciudades como Barcelona y que empieza a manifestarse en algunos centros urbanos dominicanos.
Repensar el destino más allá de la playa
Los destinos urbanos no pueden confiar únicamente en la estacionalidad ni en el turismo de negocios tradicional. Para mantener una ocupación saludable, Noguera propone articular propuestas innovadoras que sumen valor al destino.
Un ejemplo concreto: aprovechar la temporada de béisbol en Santiago como atractivo turístico. “Así como alguien viaja para ver un partido del Barça o del Real Madrid, podemos generar experiencias en torno al deporte local. El turismo deportivo es una oportunidad subutilizada”, sostiene.

¿Cómo gestionar las nuevas inversiones?
Ante la llegada de nuevos inversores, Noguera plantea la necesidad de una conversación honesta entre los desarrolladores, las autoridades y las asociaciones hoteleras. “No siempre el mejor lugar para construir es el centro de la ciudad. Tal vez sea más estratégico hacerlo en las afueras o en otros polos urbanos en desarrollo como Puerto Plata o San Pedro. Hay que orientar al inversor para que su apuesta sea rentable sin saturar zonas ya tensionadas.”
Un turismo urbano con mirada integral
La reflexión final es clara: “El turismo no es solo llenar una habitación. Involucra planificación urbana, gestión cultural, servicios públicos, movilidad. Y por eso, frente al crecimiento hotelero, los destinos deben prepararse con visión integral, articulando a todos los actores del ecosistema turístico.”
En Tres60.travel seguimos visibilizando los temas de fondo que atraviesan a la industria. Porque entender el presente es la única manera de planificar un turismo urbano sostenible y competitivo.