Considerada uno de los destinos turísticos más icónicos del continente, Miami está atravesando una baja sostenida en la llegada de visitantes internacionales, una tendencia que ya comienza a impactar diversos sectores económicos, en especial aquellos con fuerte presencia de trabajadores latinos.
Según datos del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), durante el primer semestre de 2025 se registraron 28,5 millones de pasajeros, lo que representa una baja del 1,4% respecto al mismo período del año anterior. Esto se traduce en 400.000 viajeros menos, con un descenso del 1,6% en tráfico nacional y del 1,7% en tráfico internacional.
Los datos revelan fuertes caídas de visitantes procedentes de América Latina: Colombia (-12%), República Dominicana (-20%) y Canadá (-8%) encabezan la lista. Esta situación revierte la tendencia de crecimiento turístico iniciada en 2021, con excepción del impacto registrado en 2020 por la pandemia.
La baja en la llegada de turistas ha tenido consecuencias directas en la actividad económica: restaurantes del condado de Miami-Dade reportan una de sus peores temporadas estivales, mientras que hoteles de alta gama están rediseñando su oferta para enfocarse en viajeros premium, eliminando habitaciones estándar en favor de propuestas exclusivas.

El icónico hotel Mandarin Oriental, en Brickell Key, ha registrado menores niveles de ocupación, reducción en tarifas promedio y caídas en ingresos por habitación. Este ajuste apunta a reposicionar la oferta hacia el segmento de turismo de lujo.
La contracción también se hace sentir con fuerza en la comunidad hispana, que representa la mayoría en Miami y trabaja en su gran parte en el rubro turístico. Se reportan reducciones en contrataciones, recortes de turnos, despidos temporales o definitivos, y una fuerte baja en las ventas de pequeños comercios familiares, muchos de ellos gestionados por inmigrantes latinos.
Otro efecto colateral ha sido la disminución en el envío de remesas a países latinoamericanos, generando impacto en comunidades receptoras fuera de EE. UU.

A esta situación se suman nuevas restricciones migratorias, tanto federales como estatales, que dificultan el acceso al país a visitantes de América Latina. El endurecimiento de requisitos para obtener visas y la implementación del REAL ID, vigente desde mayo de 2025, han elevado los obstáculos para ingresar a EE. UU.
Organizaciones sociales denuncian un clima de miedo entre los inmigrantes residentes, producto de leyes que refuerzan la cooperación entre la policía local y agentes de ICE, lo que lleva a muchas personas a evitar espacios públicos por temor a detenciones.
Además, la reducción en la emisión de visas temporales para trabajo estacional ha generado escasez de personal en sectores clave del turismo, impactando en la calidad del servicio y la experiencia del visitante.
Frente a este panorama, el turismo de lujo aparece como alternativa de reposicionamiento. Muchos alojamientos y propiedades están siendo reconvertidos en suites y apartamentos premium, con tarifas que superan los 500 dólares por noche. Una estrategia que, según algunos analistas, podría ayudar a sobrevivir la crisis actual, pero que también genera preocupación sobre la creciente inaccesibilidad de Miami para el turismo latino tradicional.