Roberto Piazza, reconocido diseñador de moda en Argentina, participó de una interesante entrevista en el segmento Tres60.Fresh, en donde habló sobre la relación que se formó entre la moda y el turismo, y como los destinos son capaces de inspirar a aquellos diseñadores a formar sus prendas. Además, hizo una mención especial sobre la Ley Piazza, impulsada por él mismo para proteger a víctimas de abuso sexual y como se trabaja a través de ella para luchar contra el turismo sexual.
La relación entre turismo y moda, según el diseñador, es un aspecto que siempre estuvo presente en sus viajes y experiencias internacionales. Piazza, quien recorrió el mundo con sus colecciones, menciona que ciudades como Madrid y Los Ángeles fueron cruciales en su trayectoria, destacando cómo la evolución de la moda en estos lugares, cambió con el tiempo.
En Madrid, por ejemplo, lamenta la pérdida de los desfiles en plazas públicas, reemplazados por eventos más comerciales como la Mercedes Fashion Week. Según él, la industria fue absorbida por grandes marcas como Zara, que llevaron la moda hacia un enfoque más asequible, pero dejando a los diseñadores de alta costura en segundo plano. A pesar de esta situación, sigue viendo a Madrid como un lugar especial, donde podría incluso radicarse por su comodidad y cercanía a otros destinos europeos.
Por otro lado, Piazza describe Los Ángeles como una ciudad llena de lujo, con una influencia fuerte de marcas europeas, pero menos desfiles en comparación con Europa. Destaca como un destino donde el poder adquisitivo permite disfrutar de las firmas más exclusivas.
Respecto a la moda en Argentina, Piazza crítica los efectos negativos de la crisis económica y política en la industria, aunque menciona que su clientela de lujo sigue siendo fiel, y que mantiene su marca a través de varias facetas, como sus escuelas de diseño y otras actividades culturales.
El dolor no prescribe: Ley Piazza, un cambio histórico en Argentina
La Ley Piazza, impulsada por el mismo diseñador, fue una legislación de gran impacto en Argentina que se sancionó en 2011, marcando un cambio significativo en la protección de las víctimas de abuso sexual infantil. Esta ley establece la imprescriptibilidad de los delitos de abuso sexual infantil, lo que significa que las víctimas pueden denunciar estos crímenes en cualquier momento de sus vidas, sin que el delito caduque por el paso del tiempo.
Anteriormente, las víctimas sólo podían hacerlo hasta los 12 años de edad, lo que dejaba a muchos casos sin justicia debido al trauma o el miedo que les impedía hablar antes de esa edad. Piazza luchó durante seis años para lograr esta modificación en la ley, inspirado por su propia experiencia personal y la necesidad de generar un cambio en la sociedad para proteger a los niños y adolescentes de estos delitos atroces.
Con respecto a esta problemática, el diseñador lo relacionó con el turismo sexual, un mal que afecta a nivel mundial y en Argentina no es la excepción. Según explica Piazza, el país tomó medidas para combatirlo, especialmente desde el Ministerio de Seguridad, donde se implementaron programas para luchar contra la trata de personas, un delito estrechamente vinculado al turismo sexual, así como el tráfico de drogas y otros crímenes conexos. “Erradicar el turismo sexual es complejo, ya que se trata de una red internacional que involucra varios actores y países. El acceso a las plataformas digitales y las redes sociales facilitó el contacto entre redes delictivas y posibles víctimas, lo que agrava la situación”, dijo Piazza.
Para fomentar un turismo responsable, el diseñador argumenta que es fundamental una respuesta coordinada que incluya tanto la educación como la regulación más estricta del uso de internet, especialmente en lo que respecta a la protección de menores. A nivel local, las políticas deben enfocarse en crear conciencia social y en capacitar a los actores de la industria turística, como los operadores y guías turísticos, para que puedan detectar y denunciar situaciones sospechosas relacionadas con la trata de personas. A nivel internacional, la cooperación entre países es clave para desmantelar las redes globales que alimentan el turismo sexual.
