Nueva York se engalana para recibir a uno de sus visitantes más esperados: el icónico árbol de Navidad del Rockefeller Center. Este majestuoso abeto noruego, de 74 pies de altura y 11 toneladas, fue trasladado desde Massachusetts hasta Manhattan, marcando oficialmente el inicio de la temporada navideña en la ciudad. Con su llegada, la Gran Manzana se transforma en un cuento navideño, atrayendo a residentes y turistas que buscan disfrutar de su encanto y espíritu festivo.
La tradición del árbol de Navidad en el Rockefeller Center se remonta a 1931, cuando los trabajadores de la construcción erigieron un sencillo abeto de seis metros decorado con guirnaldas hechas a mano. Hoy, esta tradición creció hasta convertirse en un espectáculo internacional, con una ceremonia de encendido programada para el próximo 4 de diciembre, cuando el árbol lucirá sus 50,000 luces LED multicolores y su estrella de Swarovski de miles de cristales. Desde entonces, se mantendrá iluminado diariamente de las 5:00 de la mañana a la medianoche.
Además del árbol, el Rockefeller Center invita a los visitantes a vivir experiencias inolvidables, como patinar en la famosa pista de hielo The Rink o disfrutar de las vistas de Manhattan desde el observatorio Top of the Rock. Este año, las nuevas atracciones incluyen The Beam, que permite a los visitantes «volar» sobre el skyline en una viga, y Skylift, un observatorio en la cima que eleva a los visitantes en una plataforma de cristal con vistas panorámicas de 360 grados.
En las inmediaciones del Rockefeller Center, los visitantes pueden explorar destinos de compras icónicos, como la tienda Lego de dos pisos y la famosa juguetería FAO Schwarz, que ofrece experiencias únicas como el piano gigante de la película Big. A lo largo de la temporada navideña, el Central Plaza contará con actividades familiares, desde conciertos de villancicos hasta encuentros con Papá Noel y sus duendes, así como talleres de caricaturas y degustación de chocolate caliente.