Marruecos se presenta como un destino que combina historia, cultura y paisajes naturales únicos, ofreciendo a los viajeros experiencias auténticas en cada rincón. La periodista Elena del Amo propone un recorrido de 11 días que abarca ocho paradas esenciales, desde las ciudades más emblemáticas hasta el corazón del desierto.
Tánger y su bulliciosa medina

La puerta de entrada a África sorprende con su medina vibrante, el Gran Zoco y la imponente kasbah. A pocos kilómetros, la costa ofrece la playa de Cabo Spartel y las Cuevas de Hércules, mientras que el Museo del Legado Americano y el Palacio del Sultán revelan la historia de esta ciudad cosmopolita.
Tetuán, Patrimonio de la Humanidad

La medina de Tetuán, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destaca por su autenticidad y belleza. La influencia española se percibe en su arquitectura y cultura, convirtiendo a la ciudad en un ejemplo único de convivencia histórica entre tradiciones.
Chefchaouen, la ciudad azul

Famosa por sus calles y edificios pintados de azul, Chefchaouen invita a perderse en un laberinto de callejuelas que transmiten tranquilidad y ofrecen infinitas oportunidades fotográficas. La ciudad es un remanso de calma que contrasta con el bullicio de las grandes urbes.
Fez, la capital espiritual

Fez alberga la medina más grande del mundo, un laberinto medieval declarado Patrimonio de la Humanidad. La ciudad es un centro de aprendizaje y espiritualidad, donde la historia se refleja en su arquitectura, artesanía y vida cotidiana.
Las dunas de Merzouga

En el borde del desierto del Sáhara, Merzouga ofrece la experiencia única de las dunas de Erg Chebbi. Los visitantes pueden recorrerlas en camello y pasar la noche bajo un cielo estrellado en campamentos beduinos, conectando con la naturaleza de manera íntima.
La ruta de las kasbahs

El itinerario recorre aldeas fortificadas como Ait Ben Haddou, reconocidas por su arquitectura de adobe y su aparición en películas internacionales. La ruta permite contemplar paisajes impresionantes y conocer la historia viva de la región.
Essaouira, ciudad costera de herencia portuguesa

Essaouira combina playas, puerto pesquero y medina amurallada con un marcado legado portugués. Su ambiente relajado y su arquitectura colonial la convierten en un destino ideal para quienes buscan cultura, gastronomía y tranquilidad junto al mar.
Marrakech, la capital roja

Marrakech destaca por la vibrante plaza Jemâa el-Fna, el Jardín Majorelle y una medina llena de vida. La ciudad fusiona tradición y modernidad, con mercados, palacios y una oferta gastronómica que refleja su riqueza cultural.
Este itinerario no solo guía a los viajeros por los lugares más emblemáticos de Marruecos, sino que también propone experiencias auténticas, como talleres de cocina, visitas a hammams y noches en el desierto, ofreciendo una visión completa de la diversidad cultural y natural del país.
Marruecos se consolida así como un destino que combina historia, aventura y autenticidad, perfecto para quienes buscan un viaje que trascienda la simple visita turística y permita una inmersión real en su riqueza cultural y paisajística.