Odeleite, un pequeño poblado escondido entre las montañas de Castro Marim, vuelve a transformarse este diciembre en la tradicional ‘Aldea Pesebre’, una experiencia que recupera el espíritu navideño más auténtico del Algarve. Con calles que huelen a naranjo, rebaños que pastan en libertad y artesanos trabajando como hace décadas, este rincón a orillas del Guadiana revive por tres días la esencia de la Navidad portuguesa.
Durante el evento —del 6 al 8 de diciembre— Odeleite se convierte en un escenario vivo que recuerda a un pesebre: paseos en burro, una pista de hielo en plena sierra, coros infantiles y un mercado gastronómico y artesanal que celebra los sabores del Algarve. Carpinteros, herreros, lavanderas y animales de granja recrean los oficios tradicionales, en una propuesta que combina teatro popular, gastronomía y cultura local.
El pueblo, que presume de su autenticidad durante todo el año, conserva elementos que fortalecen esa identidad: molinos de viento, molinos de agua y vestigios romanos que añaden contexto a la experiencia. Aquí se siguen trabajando materiales como el esparto y se produce uno de los quesos de cabra más reconocidos de la región, el complemento perfecto para los clásicos dulces de almendra e higo que caracterizan a la repostería algarvía.
El espíritu navideño impregna cada rincón desde temprano. El aroma al pan cocido en horno de leña se mezcla con la música popular y la llegada de familias que recorren la Aldeia Presépio, un montaje que reúne figuras, escenas y decoraciones artesanales que narran la tradición portuguesa. Con entrada gratuita y actividades a partir de las 15 horas, la propuesta vuelve a posicionar a Odeleite como uno de los destinos navideños más pintorescos del Algarve, a un paso de Huelva y muy cerca del emblemático Belén de Sal de Castro Marim.
