A partir de finales de abril, Airbnb ya no permitirá que los anfitriones tengan cámaras de seguridad dentro de sus propiedades de alquiler con el objetivo de priorizar la intimidad de los huéspedes en línea con su nueva política de vigilancia.
Entonces los anfitriones de todo el mundo deben retirar las cámaras interiores y revelar otras tecnologías de monitoreo exterior a los huéspedes antes de reservar.
Anteriormente, Airbnb permitía a los anfitriones instalar cámaras de seguridad en áreas comunes de una casa, como pasillos y salas de estar.
Pero también exigía que los anfitriones los revelaran, los hicieran claramente visibles y mantuvieran las cámaras fuera de lugares como áreas para dormir y baños.
De todas formas, las cámaras han sido un problema ya que varios huéspedes las encontraron en zonas ocultas. Para los anfitriones, las cámaras pueden ser una forma de disuadir a los invitados de organizar grandes fiestas o de detener las reuniones antes de que se vuelvan demasiado perturbadoras. Pero los huéspedes las ven como una invasión de la privacidad: un ojo vigilante que se entromete en sus vacaciones.
Airbnb decidió basar su estrategia de marketing más allá de las ventas. Ahora se enfoca en educar para fortalecer su marca y así diversificar y reinventar el negocio de la plataforma de alquiler de hospedaje.
Fuente: www.reportur.com