La NASA eligió Perú para la construcción del puerto espacial más grande de Sudamérica, marcando un hito en el avance espacial de la región. La decisión, fundamentada en la ubicación estratégica de Perú cerca del ecuador, representa una ventaja clave para los lanzamientos de cohetes, que podrán aprovechar la rotación de la Tierra para reducir el consumo de combustible y aumentar la capacidad de carga. Este ambicioso proyecto no solo posiciona a Perú como un actor relevante en el ámbito espacial, sino que también abre las puertas a nuevas oportunidades de desarrollo y turismo.
¿Por qué Perú y no otros países?
La elección de Perú como hogar del puerto espacial responde a su cercanía con la línea ecuatorial, lo cual permite mayores velocidades al lanzar cohetes, un factor destacado por el ingeniero peruano Ávido Roman-González. Aunque países como Brasil y Ecuador también tienen ventajas geográficas, Perú demostró un interés proactivo al ofrecer varias bases aéreas para el proyecto. La base El Pato, situada en el desierto de Talara, se perfila como la candidata ideal por su cercanía a un puerto y un aeropuerto, elementos estratégicos para la construcción de una plataforma de lanzamiento de esta magnitud.
Turismo espacial y viajes suborbitales: la nueva frontera
El puerto espacial no solo permitirá lanzamientos orbitales, sino que también ofrecerá la posibilidad de vuelos suborbitales, que podrían reducir drásticamente el tiempo de viaje entre continentes, como de Perú a Beijing en apenas dos horas. Además, la instalación podría fomentar el crecimiento del turismo espacial, un sector en auge con empresas como SpaceX y Virgin Galactic a la cabeza, abriendo las puertas a experiencias únicas para quienes buscan experimentar brevemente el espacio.
Un salto histórico para Sudamérica
Con esta nueva infraestructura, Perú se sumará al selecto grupo de países con instalaciones espaciales de gran envergadura. Actualmente, solo Argentina y Guayana Francesa cuentan con puertos espaciales activos en Sudamérica. La instalación en Perú no solo consolidará el potencial de la región en el sector aeroespacial, sino que también convertirá en realidad un sueño que, hasta ahora, parecía sacado de la ciencia ficción.
