En las alturas de Petare, una de las barriadas más emblemáticas de Caracas, está emergiendo un fenómeno turístico inusual liderado por Elena Tseluiko, una guía rusa que encontró en este colorido sector una nueva misión: cambiar la percepción de uno de los barrios más estigmatizados de Venezuela.
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Una conexión inesperada: de Siberia a Petare
Elena Tseluiko, oriunda de Siberia, llegó a Venezuela atraída por su cultura y por el amor de un venezolano, quien se convertiría en su esposo. Decidida a conocer más allá de las tradicionales playas y montañas, Elena decidió explorar Petare, un barrio que solía ser sinónimo de inaccesibilidad y peligro.
“Quería entender cómo vivía la gente en los barrios, más allá de lo que se veía en los medios”, comenta Elena. Este interés inicial pronto se transformó en una iniciativa turística que conecta a sus compatriotas rusos con las historias y la vida cotidiana de los habitantes de Petare.
Una experiencia única: colores, historia y hospitalidad
El recorrido comienza con un desayuno tradicional en Las Mercedes, desde donde los turistas parten hacia el casco histórico de Petare. Allí, mototaxistas locales los llevan por las estrechas y coloridas calles hasta miradores que ofrecen vistas impresionantes de Caracas.
Uno de los momentos más significativos es la visita a la casa de Nereida, una residente de Petare que comparte la historia y los desafíos del barrio. “Recibir visitantes en mi casa es una alegría. Aquí hay mucho más que violencia; hay historias, cultura y hospitalidad”, asegura Nereida.
Turismo como motor de cambio social
El turismo en Petare está marcando una diferencia tangible para la economía local. Comercios, mototaxistas y guías encuentran en los visitantes una fuente adicional de ingresos. Además, el contacto directo con turistas ha ayudado a desmitificar la percepción negativa del barrio, mostrando un lado más auténtico y humano de Petare.
“El turismo aquí no solo es un negocio; es una forma de contar nuestra historia desde adentro, sin filtros ni prejuicios”, explica Elena.
Desafíos y sueños para el futuro
A pesar de los logros, Elena reconoce que el turismo en Petare enfrenta barreras importantes, como problemas de transporte y falta de servicios básicos. Sin embargo, su visión a largo plazo es ambiciosa: convertir a Petare en un destino turístico reconocido, siguiendo el ejemplo de la Comuna 13 de Medellín, Colombia.
“Petare tiene un potencial enorme. Si logramos superar los retos logísticos y atraer más atención, este barrio podría ser un referente cultural y turístico en Venezuela”, asegura Elena.
Un ejemplo de transformación social
El esfuerzo de Elena y los habitantes de Petare demuestra que incluso los lugares más estigmatizados pueden transformarse en espacios de encuentro, cultura y esperanza. A través del turismo, Petare comienza a escribir una nueva narrativa, mostrando al mundo que la autenticidad y la resiliencia de su gente son su mayor riqueza.
El turismo en Petare no solo abre puertas a visitantes curiosos, sino que también abre ventanas al cambio social, probando que la percepción puede cambiar cuando se decide mirar más allá de los prejuicios.