Europa se prepararon para una jornada de protestas coordinadas contra el turismo masivo, impulsada por la creciente presión social en destinos emblemáticos. El 15 de junio, ciudades como Barcelona, Lisboa, Venecia y Palma de Mallorca fueron escenario de manifestaciones simbólicas para denunciar los efectos negativos del modelo turístico actual.
Convocadas por la red ciudadana Southern Europe Network Against Touristification, las acciones incluirán intervenciones en aeropuertos, buses turísticos y sitios icónicos, con carteles, megáfonos y pistolas de agua como formas de protesta creativa.
“No se trata de rechazar al turista, sino de visibilizar un sistema que está desplazando a los residentes de sus barrios y afectando su calidad de vida”, declaró un vocero del movimiento en Lisboa.
En Mallorca,la movilización más masiva fue bajo el lema: “Por el derecho a una vida digna. Basta de turistificación”, con más de 60 colectivos confirmando su participación.
Las críticas apuntan al crecimiento descontrolado del turismo, que si bien representa una fuente clave de ingresos, está vinculado a crisis habitacionales, alzas de precios, gentrificación y presión sobre recursos locales.
“Durante la temporada alta, las comunidades pierden el control sobre su propio espacio”, advierte Brett Mitchell, CEO de Intrepid Travel, empresa pionera en turismo sostenible. Mitchell hace un llamado a una acción conjunta entre gobiernos, operadores, aerolíneas y navieras para repensar el futuro del turismo en las grandes ciudades.
Este contexto refuerza la urgencia de diseñar modelos turísticos más equilibrados, que armonicen el desarrollo económico con la vida cotidiana de quienes habitan los destinos.
