La recuperación y revitalización de espacios turísticos en República Dominicana es una de las principales estrategias del Ministerio de Turismo, con el objetivo de fortalecer el turismo interno y ofrecer nuevas experiencias a los visitantes. En una entrevista con Tres60.Travel, nuestro columnista Javier Noguera analizó el impacto de estos proyectos y el valor que aportan al desarrollo local.
Un compromiso con la continuidad y la revalorización
El actual Ministerio de Turismo mantuvo una línea de trabajo enfocada en la recuperación de espacios de esparcimiento que, por décadas, estuvieron en el abandono. Según Noguera, esta política de continuidad es clave para garantizar el éxito de los proyectos: «Es fundamental que los proyectos de Estado trasciendan los partidos políticos. En este caso, al ser una reelección, el gobierno ha dado continuidad a la readecuación y rescate de varios espacios turísticos, lo que es clave para su desarrollo sostenible«, explicó el columnista.
Uno de los principales ejemplos de esta iniciativa es la recuperación del Malecón de Santo Domingo, un espacio icónico que, con el paso del tiempo, ha ganado protagonismo como punto de encuentro para residentes y turistas: «Cuando llegué a Santo Domingo, no había escuchado mucho sobre su malecón, pero al verlo quedé sorprendido. Es una avenida inmensa que ofrece espacio para hacer ejercicio, pasear en bicicleta o simplemente disfrutar en familia. Estos son verdaderos tesoros escondidos que merecen ser rescatados», comentó Noguera.
Hasta el momento, ya se recuperaron cinco o seis malecones a lo largo de la costa dominicana, y el plan sigue en marcha. Entre los proyectos más recientes destaca la construcción de un paseo de más de 3 kilómetros en Pedernales, vinculado al desarrollo turístico de la terminal de cruceros en Cabo Rojo.
El impacto en la economía local
Más allá de la recuperación de espacios urbanos, estas iniciativas también dinamizaron la economía local, beneficiando a comerciantes y emprendedores: «Se han restaurado playas y kioscos en destinos como Boca Chica, Guayacanes y Juan Dolio, lo que ha permitido a los vendedores mejorar sus condiciones de trabajo. Ahora cuentan con infraestructura adecuada, baños públicos y áreas mejoradas, lo que incentiva a los visitantes a disfrutar con mayor confianza y seguridad«, destacó Noguera.
Este modelo de recuperación despertó el interés de otras comunidades, como Baní y Montecristi, que buscan la construcción y mejora de sus propios malecones. También en Puerto Plata se está implementando un plan de revitalización de su icónica costanera.
Turismo en cada rincón: una apuesta integral
Además de los malecones y las playas, el Ministerio de Turismo lanzó el programa «Turismo en cada rincón», una iniciativa que promueve la exploración de destinos menos conocidos.
«Este programa fomenta el turismo interno a través de ferias, visitas a museos locales, recorridos por balnearios y montañas. Es una forma de mostrar una República Dominicana más allá de los hoteles y las playas tradicionales», afirmó Noguera.
El compromiso del gobierno y de la comunidad en la conservación de estos espacios es clave para su sostenibilidad a largo plazo. Según Noguera, la recuperación de estas áreas no solamente impulsa la economía, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y el orgullo de los habitantes por su territorio: «Cuando se invierte en la recuperación de un destino, la comunidad se empodera. La gente cuida los espacios, los disfruta y los promociona a través de redes sociales, lo que genera un efecto multiplicador en el turismo», concluyó.
Con una clara estrategia de revitalización, República Dominicana continúa posicionándose como un destino que valora y fomenta el turismo interno, ofreciendo experiencias auténticas y diversas en cada rincón del país.
