El eje cafetero es una región geográfica, cultural, económica y ecológica de Colombia, está ubicada en los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, además de las regiones del noroccidente de Tolima, el suroeste de Antioquia, y el norte y oriente del Valle del Cauca, incluyendo las ciudades capitales de los cuatro primeros departamentos mencionados (Manizales, Pereira, Armenia e Ibagué, respectivamente). Con el equipo de Tres60.travel pudimos comprobar que el verdadero aroma a café nace en esta gran biodiversidad colombiana.
Esta región la conocimos gracias a la invitación de la Revista Enfoque del Café en el marco del Primer Encuentro Internacional de Periodistas de Turismo. Ocho días nos bastaron para descubrir la rica historia cultural y patrimonial, como así también los principales atractivos turísticos y aquellos no convencionales que merecen ser explorados alguna vez en la vida.
Pisamos suelo colombiano, empezando en Bogotá, para dirigirnos hacia el Aeropuerto Internacional Matecaña. Un apartado especial se merece la vista panorámica que deja el aterrizaje del avión: la imponencia de los andes occidentales. Al tocar tierra empezamos a respirar aire paisa. Y, si hablamos del clima, el calor tropical de montaña lo pudimos sentir en primera persona. Observamos que la temperatura varía según la altitud y la época del año.
En general, las temperaturas son frescas durante todo el año, con una media de 18 grados. En los valles la temperatura puede ser más cálida durante el día, pero desciende considerablemente durante la noche. Mientras que en las visitas a las zonas más altas, diferenciamos que la temperatura puede ser más baja y las noches pueden ser bastante frías. Además de las variaciones de temperatura, hay que tener en cuenta las precipitaciones.
Fuimos testigo de lo cambiante que es el clima, las lluvias son abundantes durante todo el año, especialmente en los meses de marzo a mayo y de octubre a noviembre. Luego de escuchar distintos especialistas nos confirmaron que estas precipitaciones son necesarias para el cultivo del café.
En Pereira, Risaralda se encuentra el Aeropuerto Internacional Matecaña, de esta manera, fue la primera ciudad que conocimos. El lugar de hospedaje era la maravillosa Hacienda Bombay, una casa antigua remodelada, donde el olor a historia y café se hacía sentir, para recibir turistas de todo el mundo con una arquitectura clásica y de estilo rural. Estaba ubicada en Montenegro.
Quindío, del Parque Nacional del Café a la altura de Los Nevados de Ruiz
Cuando el reloj marcaba las 6 am del siguiente día, el bus de Big Bus Tours nos esperaba para trasladarnos hacia Quindío. Luego de un desayuno opulento en uno de los restaurantes más reconocidos del departamento, el Parque Nacional del Café nos abrió sus puertas en una jornada marcada por una leve brisa que decoraba de gris el cielo colombiano. Participamos de un Foro Turístico donde distintas autoridades expusieron sus estrategias para el desarrollo de la región. Fuimos testigos de una presentación artística que buscaba transmitir a través de la danza la historia de las familias caficultoras. Al finalizar el día, una cena bajó el telón de aquel sábado de septiembre.
El café uno de los principales motores de la economía del lugar, por esa razón, debíamos conocer donde se realiza la magia de manera divertida y volviéndonos montañeros. Para vivir esa experiencia, el Parque Recuca en Armenia era el indicado. Después de vivir y conocer como es el trabajo para la realización de esta bebida típica, la siguiente parada fue Finlandia. Una ciudad que inspiró distintas novelas y donde podemos disfrutar de una vista prodigiosa a través del Mirador del lugar. Salento nos acogería esa noche en el Hotel Soleden.
La travesía que se avecinaba era verdaderamente desafiante. Los 4.500 metros de altura sobre el nivel del mar del Cerro de los Nevados del Ruiz esperaba por nosotros. A medida que escalamos en dos busetas los metros, intentábamos ir acondicionando nuestros cuerpos. El Parque Nacional Natural Los Nevados se localiza en el corazón del Eje Cafetero, en el complejo volcánico norte conformado por el volcán Nevado del Ruíz, cráteres La Olleta y La Piraña, el volcán Nevado de Santa Isabel, el volcán Nevado del Tolima, y los Paramillos del Cisne, Santa Rosa y Quindío. Aquel territorio se asemejaba a la superficie lunar, por ellos lleva el sobrenombre de “valle de la luna”, la falta de aire e incluso otros síntomas típicos de la altura se hacía sentir entre algunos de nosotros.
Desde allí se puede observar la inmensidad natural y geológica que posee Colombia. Luego de esa experiencia única, la ciudad de Manizales en Caldas nos daba la bienvenida. Después de una cálida recepción en el Palacio de la Gobernación, recorrimos la ciudad a través de un city tour, disfrutamos de experiencias gastronómicas y un poco de Tango. Las aguas termales del Hotel Termales del Otoño nos ofrecían las sales y minerales que nuestros cuerpos necesitaban y de esta manera concluir otra jornada.
Caldas: el corazón del Eje Cafetero, donde cada taza de café cuenta una historia
Caldas es uno de los treinta y dos departamentos que forman la República de Colombia. Está ubicado en el centro del país, en la región andina. Dentro de este destino encontramos el Recinto el Pensamiento, que sería sede de otro Foro Turístico donde se expusieron proyectos para el crecimiento de la industria, siempre remarcando la sostenibilidad y partiendo del cuidado del medio ambiente. Ese martes almorzaremos la típica bandeja paisa exquisita, donde la sopa de frijoles, el chicharrón y el aguacate provocan una explosión de sabores en los paladares, en Pueblo Rico.
Para asentar aquella deliciosa comida, una cabalgata en mulas amansadas sin utilizar la violencia era la propuesta. Estos animales son un icono para la región, era el medio de transporte en el cual se trasladaban los caficultores y forma parte del logo de Juan Valdez. Al caer la noche llegamos a Salamina, un pueblo con mucha cultura y patrimonio. Visitamos la Casa de la Cultura y luego una exquisita cena que nos ofreció uno de los mejores chefs del lugar, quien transformó su casa en un espacio turístico. Esto fue posible gracias a los alcaldes de los municipios de Salamina y Aguadas.
Además del café, el aguardiente también se presenta como una bebida típica del eje cafetero y todo Colombia. Para abordar y conocer más, visitamos la industria licorera donde descubrimos el proceso, y fuimos -por momento- sommelier. Catamos distintas variedades de estos destilados. Entre ellos, un Ron añejo que recibió importantes galardones en el mundo.
Al típico café se le agregó un plus distinto que le da otras sensaciones. Vivimos la liofilización de esta bebida en la fábrica BuenCafé. Este método es un proceso de deshidratación con el que se consigue congelar el extracto de café al tiempo que el agua pasa directamente a un estado gaseoso sin licuarse —sublimación—, por lo que el café apenas ve mermadas sus propiedades. El día llegaba a su final y los Termales de San Vicente nos aguardaban. Aquí es el lugar perfecto para desconectar por un momento del mundo y conectarse con la naturaleza. Las propiedades de las aguas “curativas” nos regalaban un momento de relajación.
En Risaralda, la calidez de su gente y la majestuosidad de sus montañas hacen sentir como en casa
Atrás quedó Caldas para entrar en Risaralda, donde la belleza de sus paisajes y su propuesta gastronómica conquista corazones. Y si hablamos de gastronomía debemos admitir que uno de los mejores chorizos del mundo se elabora en Santa Rosa. Don Julio, una fábrica que produce uno de los chorizos más grande del mundo, nos regalaba un momento para notar todo el proceso de fabricación y su posterior exportación.
Regresamos a donde todo arrancó. Pereira y su gente nos recibían. Allí visitamos la Plaza Bolívar, una casa llena de elementos históricos coleccionados, la Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza y un recorrido en el Megacable, un transporte que conecta distintas zonas de la ciudad y que se ha transformado en un atractivo turístico relevante. La cena fue en un bar que ofrecía riquísima comida peruana, Restaurant Piura.
Y como todo lo bueno tiene su final, llegaba el último día de este primer encuentro. Nos trasladamos hacia Ukumarí para un importante Foro y una visita a la Reserva Natural que aloja animales en peligro de extinción. En esta última charla de especialistas nos compartieron datos interesantes sobre el país en general. Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Tiene 314 tipos de ecosistemas. Único país de América del Sur que tiene acceso a los dos océanos y hace parte de los 21 países en esta condición. Ocupa el sexto puesto en el ranking con más fuentes hídricas. Está entre los 15 países con mayor área de cobertura forestal.
Considerado el primer país con mayor biodiversidad de aves, orquídeas y mariposas, es el segundo con mayores riquezas de anfibios y plantas, el tercero con mayor diversidad de reptiles y palmas y el cuarto con mayor diversidad de mamíferos. Cuenta con un Sistema Nacional de Áreas Protegidas conformado por 1.710 áreas protegidas, que equivalen al 24.1% del territorio nacional. Es importante destacar que el Aeropuerto Internacional Matecaña es la terminal aérea más concurrida para ingresar al eje cafetero, debido a que los otros aeropuertos no pueden ser operados con frecuencia por las inclemencias climáticas.
El último almuerzo sería al ritmo de samba, en Rodizio, un espacio gastronómico brasilero. Y para cerrar el recorrido nos marchamos hacia Tuirak, donde compartimos la cena final, nos despedimos y brindamos por un reencuentro.
El eje cafetero está situado justo en el denominado “triángulo de oro”, allí se encuentra el 48.7% de la población del país y se genera el 58.9% del PIB Nacional, con alta productividad. Su población es de 2.575.664 habitantes en total. Su altitud va desde 500 m.s.n.m a 5.321 m.s.n.m. Esta zona deslumbrante de Colombia, por 8 días fue nuestra casa, el grupo de periodista era casi una familia. La amabilidad y hospitalidad de cada habitante de esa tierra bendecida es conmovedor. Los espacios, los lugares, cada rincón de esta región tienen algo para ofrecer, por eso es un viaje que va mucho más allá del café.
Fueron más de 70 empresas las que hicieron posible cada experiencia y anécdota que quedará grabada en la mente y en los corazones de quienes participamos. Por eso queremos agradecerle a cada uno de ellos y ellas por hacer realidad este evento.