Río de Janeiro se prepara para un Carnaval extremo, desde el viernes 28 de febrero al sábado 8 de marzo, no solo por su tradicional despliegue de música y color, sino también por las altas temperaturas que podrían batir todos los récords. Los expertos advierten que la ciudad podría convertirse en una isla de calor urbana, alcanzando una sensación térmica de hasta 62,7°C, debido a una combinación de factores climáticos y urbanos.
Un cóctel de calor y humedad
El intenso calor que se espera en la ciudad se debe a la combinación de altas temperaturas, humedad extrema y factores urbanos como el asfalto, las emisiones de vehículos e industrias, y el uso masivo de aires acondicionados.
Río de Janeiro, rodeado de montañas icónicas como el Pan de Azúcar y el Corcovado, suele experimentar un efecto de confinamiento del calor, lo que dificulta la disipación de las altas temperaturas. Este fenómeno no solo podría afectar la comodidad de los asistentes al Carnaval, sino que también pone en riesgo eventos clave como la tradicional celebración de Año Nuevo en Copacabana, cuando miles de personas visten de blanco para recibir el nuevo año en la playa.
¿Cómo se llega a una sensación térmica de casi 63°C?
Los pronósticos indican que las temperaturas superarán los 40°C durante la semana del Carnaval, pero la alta humedad, que oscilará entre el 80% y el 90%, hará que la sensación térmica ascienda a niveles peligrosamente altos.
A estas temperaturas, el cuerpo humano enfrenta dificultades para regular su temperatura interna, lo que aumenta el riesgo de golpes de calor, desvanecimientos y malestares. Incluso los más jóvenes y saludables podrían verse afectados si permanecen expuestos por mucho tiempo.
«Dos estaciones: invierno e infierno»
El impacto del cambio climático en Río de Janeiro ya se está sintiendo con más fuerza. Tanto es así, que algunos cariocas bromean diciendo que la ciudad solo tiene dos estaciones: invierno e infierno.
Con la inminente llegada del Carnaval y miles de personas en las calles y playas, las autoridades podrían emitir recomendaciones para evitar problemas de salud en un evento que, este año, además de ser el más grande del mundo, podría ser también el más caluroso de la historia.
