La aerolínea de bajo costo Ryanair confirmó un fuerte ajuste en sus operaciones en España para este invierno, con la eliminación de casi dos millones de asientos. El cambio más significativo es el cierre de su base en Santiago de Compostela, lo que dejará a Galicia sin una de las principales conexiones aéreas de la compañía irlandesa.
El consejero delegado, Eddie Wilson, detalló en Madrid que también se suspenden todos los vuelos en Vigo y Tenerife Norte, además de reducir capacidad en otros aeropuertos regionales. En Canarias, la compañía recorta 400.000 plazas, lo que implica la pérdida de 36 rutas entre las islas y el resto del país.
Las bases de Valladolid y Jerez seguirán cerradas, mientras que Asturias, Santander, Zaragoza y Vitoria verán una disminución en la oferta de vuelos. Ryanair argumenta que esta decisión responde al incremento de las tasas aeroportuarias aplicadas por Aena, que —según la empresa— afectan la competitividad de los aeródromos secundarios.
Wilson advirtió que trasladará parte de su flota a mercados con costos más competitivos como Marruecos, Italia o Suecia, aunque señaló que Ryanair seguirá reforzando su presencia en grandes aeropuertos españoles, particularmente Málaga y Alicante.
El impacto económico será considerable: solo el cierre en Santiago representa una pérdida de inversión estimada en 200 millones de dólares para Galicia. La compañía afirma que su actividad genera 28.000 millones de euros al PIB español, por lo que anticipa consecuencias negativas para el empleo y el turismo.