La Organización Mundial del Turismo (OMT) anunció los mejores pueblos turísticos de 2024, seleccionando a 55 localidades de todo el mundo como parte de la iniciativa Best Tourism Villages. Este programa tiene como objetivo resaltar la importancia del turismo sostenible en áreas rurales, poniendo en valor no solo su riqueza paisajística, sino también la diversidad cultural, los valores tradicionales y la capacidad de las comunidades locales para gestionar un desarrollo turístico respetuoso con el entorno. En este contexto, Portugal se destaca con dos de sus localidades: Óbidos y Santa Cruz da Graciosa.
Óbidos, un pintoresco pueblo medieval situado en el distrito de Leiria, es uno de los destinos más emblemáticos de Portugal. Conocido por su bien conservado casco amurallado, Óbidos transporta a los visitantes a la época medieval, donde las calles empedradas, las casas encaladas decoradas con flores y su imponente fortaleza del siglo XII crean un ambiente único.
El pueblo fue declarado patrimonio nacional, lo que subraya su importancia histórica y cultural. Entre los puntos más destacados de Óbidos se encuentran la iglesia de Santa María, un templo renacentista que alberga importantes obras de arte, y la Porta da Vila, la entrada principal adornada con azulejos portugueses. Además, Óbidos es famoso por su licor de ginjinha, que se sirve en pequeños vasos de chocolate, una tradición local que los visitantes no pueden perderse. Cada año, el pueblo celebra varios eventos que atraen a miles de turistas, como el Festival Internacional del Chocolate, la Feria Medieval y el Festival Literario Fólio, consolidando su posición como un destino turístico destacado en Portugal.
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En las islas Azores, Santa Cruz da Graciosa ofrece una experiencia completamente diferente. Esta pequeña localidad, ubicada en la isla Graciosa, es un refugio de paz y belleza natural, conocida por sus paisajes volcánicos y su arquitectura tradicional.
El centro del pueblo está formado por calles empedradas y casas blancas con detalles de basalto, y destaca su iglesia matriz, dedicada a Santa Cruz, que data del siglo XVI. Uno de los principales atractivos de Santa Cruz da Graciosa es la Furna do Enxofre, una impresionante cueva volcánica con un lago subterráneo, famosa por sus formaciones geológicas únicas y el peculiar olor a azufre que la caracteriza. La isla de Graciosa, que ha sido declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es ideal para los amantes de la naturaleza, ofreciendo actividades como senderismo, observación de aves y buceo.
A pesar de ser la segunda isla más pequeña de las Azores, Santa Cruz da Graciosa destaca por su riqueza cultural y natural, convirtiéndola en un destino perfecto para aquellos que buscan tranquilidad y autenticidad en un entorno natural impresionante.
Ambos pueblos representan lo mejor de Portugal en términos de patrimonio, naturaleza y turismo sostenible, y son ideales para quienes desean escapar del bullicio de las grandes ciudades y sumergirse en una experiencia más tranquila y auténtica.