El Ayuntamiento de Sevilla aprobó una nueva normativa que establece un límite para las viviendas de uso turístico, que no podrán superar el 10% en relación con las viviendas residenciales en los 11 distritos de la ciudad. Este límite permitirá un máximo de 32.400 viviendas turísticas, una cifra que generó controversia, ya que la oposición denunció que aún podrían añadirse 22.705 propiedades más.
Esta medida excluye al casco antiguo y a parte del Barrio de Triana, zonas que ya alcanzaron su capacidad máxima para alojamientos turísticos, donde no se concederán nuevas licencias. Según el concejal de Urbanismo, Juan de la Rosa, el objetivo es “compatibilizar el sector turístico con la convivencia ciudadana”.
La Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia (AHS) recibió positivamente la nueva regulación, considerándola un paso importante para controlar el crecimiento del sector. Manuel Cornax, presidente de la AHS, expresó su deseo de que estas medidas evolucionen a medida que lo haga el fenómeno turístico, asegurando que contribuirán a mejorar el equilibrio entre el turismo y la vida local.
Sin embargo, los grupos de la oposición criticaron al alcalde por sus declaraciones en la red social X, donde afirmó que «ni en Triana ni en el casco antiguo habrá ni un solo apartamento turístico más». Francisco Páez, portavoz del grupo socialista, calificó la medida de insuficiente, argumentando que permitirá la proliferación de miles de nuevas viviendas turísticas en otras áreas de la ciudad, lo que considera un «atentado» contra los intereses de los vecinos.