El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una dura advertencia a los controladores aéreos que no se presenten a trabajar durante el cierre del Gobierno federal, el más largo en la historia del país. “Todos deben volver al trabajo ya. Quien no lo haga sufrirá una importante reducción de sueldo”, expresó a través de su red Truth Social, tras un fin de semana caótico en el que se cancelaron más de 2.000 vuelos en un solo día.
Trump también anunció su intención de recompensar con 10.000 dólares a quienes siguieron cumpliendo sus funciones sin percibir salario durante los 41 días de parálisis federal, a los que calificó como “verdaderos patriotas”. Por el contrario, señaló que quienes se ausentaron “tendrán una mancha negativa en sus expedientes” y podrían ser reemplazados.
La crisis en el tráfico aéreo estadounidense se agravó con más de 1.600 vuelos cancelados y 3.300 demoras registradas este lunes. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que “la situación solo se pondrá peor” si no se revierte la escasez de personal.
Fuentes sindicales informaron que algunos controladores se vieron obligados a pedir licencia por enfermedad para buscar ingresos alternativos o cuidar de sus familias, ya que no recibían sus sueldos.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos, Nick Daniels, recordó que el último fin de semana los trabajadores garantizaron el arribo a tiempo de más de 7,3 millones de pasajeros, pese a operar con 3.800 profesionales menos de los necesarios.
Mientras tanto, el Senado aprobó una medida temporal de financiación que podría poner fin al cierre, y ahora la decisión recae en la Cámara de Representantes, de mayoría republicana. La Administración Federal de Aviación (FAA) redujo en un 10% el tráfico aéreo para aliviar la carga en las torres de control. Sin embargo, la cercanía del Día de Acción de Gracias amenaza con agravar aún más la situación si no se alcanza un acuerdo antes del 30 de enero, nueva fecha límite propuesta para reabrir el Gobierno.


