Las protestas contra la masificación turística continúan en varias ciudades españolas. Tras las manifestaciones en Barcelona, Baleares, Canarias, San Sebastián, Granada y Cantabria, ahora ha sido el turno de Málaga y Cádiz. Miles de personas salieron a las calles en estas ciudades para rechazar el modelo turístico de masas y pedir la protección del derecho a una vivienda digna.
En Málaga, más de 15.000 personas (25.000 según los organizadores y 5.500 según la Policía Nacional) se manifestaron en el centro de la ciudad bajo el lema «Málaga no se vende». Los asistentes denunciaron la insostenible situación de la vivienda y los alquileres, reclamando un cambio en el modelo turístico que permita que Málaga «vuelva a ser una ciudad digna de ser habitada». Durante la marcha se pudieron ver pancartas con mensajes como «El turismo o la vida. Por una vivienda sin abusos ni especulación», «Vecina, despierta, especulan en tu puerta» y «Málaga, parque temático».
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, junto con medio centenar de colectivos, convocaron la protesta en respuesta a un «malestar ampliamente compartido»: la dificultad de acceder a una vivienda, la «expulsión» de los vecinos de sus barrios y el cierre de comercios locales. Según la organización, hasta el 12 de junio había 12.196 viviendas de uso turístico registradas en Málaga, lo que supone 63.594 plazas. En algunas zonas, como la plaza de La Merced, el 68,9% de las viviendas están dedicadas al turismo.
En Cádiz, unas 3.000 personas también protestaron contra la masificación turística bajo el lema «No somos vuestros souvenirs, tampoco vuestros juguetes». La Plataforma Cádiz Resiste, organizadora de la marcha, reclamó la implementación de una tasa turística y el aumento de impuestos específicos como los de basuras e IBI para las viviendas de uso turístico (VUT), con el objetivo de destinar esos ingresos a mejorar los servicios públicos y mitigar el impacto negativo en la ciudad.
Por su parte, el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, subrayó el compromiso del Gobierno andaluz de hacer del turismo una actividad sostenible en la región desde el punto de vista social, económico y medioambiental. Sobre las manifestaciones, Bernal afirmó: «No tiene ningún sentido atacar a la que es la principal actividad económica de nuestra tierra. El turismo no lo aguanta todo y los medios extranjeros ya empiezan a hacerse eco de mensajes que pueden poner en riesgo la llegada de visitantes de mercados importantes. Es una grave irresponsabilidad atacar a nuestra industria más importante. Una de cada cuatro familias andaluzas cuenta con empleados en este sector».
Fuente: Hosteltur.