La creciente popularidad del turismo del sueño está marcando un nuevo rumbo en la industria de viajes. Esta modalidad apuesta por experiencias que priorizan el descanso y la relajación profunda, en respuesta a la creciente demanda de bienestar y desconexión. Hoteles y refugios especializados ofrecen desde menús de almohadas y colchones inteligentes hasta entornos diseñados para inducir un sueño reparador.
El interés por estas experiencias se refleja en datos como los de McKinsey, que muestran que el 73 % de los consumidores del Reino Unido considera el bienestar un factor clave a la hora de viajar. Además, la encuesta de ABTA revela que un 9 % de los turistas que contratan paquetes vacacionales prioriza el bienestar, mientras que un 43 % de quienes planean escapadas de relax buscan explícitamente mejorar la calidad de su sueño.

A medida que la preocupación por el estrés y el insomnio se intensifica, el mercado del turismo del sueño se proyecta con fuerza: se espera que crezca en más de 400 000 millones de dólares entre 2023 y 2028, dentro de la industria del turismo de bienestar, que ya mueve 814 000 millones de dólares. Sin embargo, la paradoja persiste: solo el 33 % de los viajeros afirma haber descansado bien en sus últimas vacaciones, según una encuesta reciente.
Los destinos más buscados para este tipo de turismo van desde las tranquilas orillas del lago de Como y los paisajes suizos de Berna, hasta las ciudades vibrantes como Londres y Nueva York. También figuran en la lista lugares como Hoi An en Vietnam, Roma, Santorini, Tallin y Luxemburgo. Con comodidades que incluyen aromaterapia, tratamientos de spa y actividades de relajación como yoga y meditación, el turismo del sueño redefine la idea de vacaciones, convirtiéndolas en verdaderas oportunidades para revitalizar cuerpo y mente.