El sector turístico arranca el 2025 con una mirada optimista pero prudente. A pesar de que casi el 90% de los empresarios espera mejorar sus ingresos este año, factores como las tensiones geopolíticas y el aumento de los precios en energía y materias primas obligan a actuar con cautela. Así lo refleja el informe “Perspectivas Turismo 2025”, que ofrece un panorama claro sobre las prioridades, inversiones y retos que marcarán el rumbo del turismo este año.
Rentabilidad como norte y expansión con estrategia
La rentabilidad sigue siendo el objetivo principal para los empresarios del sector, quienes han aprendido a equilibrar crecimiento con sostenibilidad. Aunque la expansión internacional se mantiene en la agenda, está enfocada mayormente en mercados ya consolidados, como América Latina y Estados Unidos. Sin embargo, posibles tensiones comerciales y políticas podrían modificar esta hoja de ruta.
Inversiones: tecnología y experiencia del cliente
Los esfuerzos de inversión estarán dirigidos principalmente a mejorar la interacción con el cliente, un aspecto clave en la competitividad turística. Un 68% de las empresas planea reforzar estos canales, mientras que el 63% apostará por la formación digital de sus equipos y un 56% por la implementación de inteligencia artificial. No obstante, el sector turístico aún se encuentra por debajo de la media nacional en adopción de estas nuevas tecnologías.
Retos: talento, transformación digital y sostenibilidad
El turismo enfrenta desafíos importantes que van más allá de la rentabilidad. La captación y fidelización del talento es considerada la principal preocupación por el 56% de los empresarios. A esto se suma la necesidad urgente de avanzar en transformación digital (53%) y adaptarse a normativas cada vez más exigentes (33%). La sostenibilidad también sigue ocupando un lugar central, especialmente por las dificultades que conlleva cumplir con los nuevos estándares europeos de reporte empresarial (CSRD), tanto por la complejidad técnica como por el coste que representa.
Amenazas a medio plazo: regulación e incertidumbre
De cara al futuro, los cambios regulatorios se posicionan como la mayor amenaza para el sector, señalados por el 44% de los directivos. A esto se suman la inestabilidad política (37%), la inseguridad jurídica (35%) y las posibles modificaciones fiscales (35%), elementos que pueden alterar la planificación estratégica del turismo en los próximos años.
Con este escenario, el 2025 se presenta como un año de equilibrio entre ambición y cautela, donde la innovación y la capacidad de adaptación marcarán la diferencia para quienes deseen seguir siendo competitivos en un entorno global cambiante.