En la segunda edición de Motivos Cubanacan, “cerca del mar y del monte, tengo gaviota, tengo sinsonte y un poco de soledad”, desde el Bar Nárido del Hotel Las Cuevas, y un “buchito de café”, quiero contarles que más de 70 turoperadores y prensa especializada, de Argentina, Bolivia, China, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Venezuela, llegamos a La Habana, siendo recibidos muy cálida y eficientemente por representantes del Grupo Cubanacan en el Salón Vip del Aeropuerto Internacional José Martí, y trasladados a los hoteles Copacabana y Chateau Miramar, en la zona residencial de Miramar, con esmerada atención del personal de cada una de dichas instalaciones hoteleras.


El ambiente clásico de los ’50 del Habana Café del Hotel Meliá Cohiba, fue el escenario ideal elegido para la inauguración del evento. Gipsy Hernández Perdomo, presidenta del Grupo Cubanacan, ofreció afectuosa bienvenida a los invitados, anunciando un recorrido especial por Villa Clara, Ciénaga de Zapata, Trinidad y Varadero, con muchos motivos más que suficientes para visitar y seguir descubriendo Cuba.





Salimos muy temprano de La Habana, en dirección al al Hotel Blau Arenal Habana Beach, cuyo personal nos esperaba en el ingreso con delicioso coctel de bienvenida y un tour por las instalaciones; continuamos el viaje hacia la Ciénaga de Zapata, y nos deleitarnos con un exquisito almuerzo en el Hotel Batey de Don Pedro, luego de la presentación del producto, a cargo de Magyuri Fernández, subdirectora comercial del Parque Natural Península de Zapata.





Seguimos hacia Trinidad, “la ciudad museo del mar Caribe”, llegando al atardecer al Hotel Las Cuevas, en las faldas y cima de una colina y un balcón natural de la ciudad, desde donde disfrutamos de un hermoso celaje, opípara cena en el restaurante buffet Caucubú para terminar la noche con espectáculo folklórico en la terraza del mirador del hotel y “rematarla” en la impresionante Disco Ayala o La Cueva, ubicada en uno de los sistemas cavernarios en esta región de Cuba.





Según la leyenda, es el lugar donde se ocultó Carlos Ayala, uno de los asesinos más connotados de finales del siglo diecinueve en la ciudad. Un ingrediente muy especial de este encuentro, un espacio de interacción humana, profesional y social que permite y favorece la generación de sinergias y la confraternidad entre especialistas, prensa del turismo extranjeros y cubanos.
Mariella Stuart Pando









Fotografía Theder Castro.


