Search
Close this search box.

Ucrania, entre el horror de la guerra y el auge del «turismo oscuro»

Compartir:

La invasión rusa, que ya supera los 1.000 días, no solo dejó cicatrices en el paisaje y en la población de Ucrania, sino que también dio lugar a un fenómeno peculiar: el «turismo dark» o tanatoturismo.

Lee también: Pololikashvili: “Un país en guerra no puede liderar el turismo”

Este tipo de viajes, centrados en escenarios de tragedia, está atrayendo a un número creciente de visitantes internacionales deseosos de presenciar de cerca las huellas de la guerra en ciudades como Kiev, Bucha o Járkov.

Empresas ucranianas ofrecen tours guiados a precios que oscilan entre los 150 y los 250 euros, aunque algunas experiencias más extremas, cerca del frente, alcanzan tarifas de hasta 3.600 euros. La motivación de estos viajeros varía: desde el interés histórico y la búsqueda de emociones fuertes hasta el morbo. Si bien algunos ucranianos ven estas visitas como una fuente de ingresos o una forma de visibilizar la guerra, otros las critican como una explotación del sufrimiento.

El «turismo oscuro» no es un fenómeno nuevo; sitios como Auschwitz, el Memorial de las Torres Gemelas o la zona de exclusión de Chernóbil llevan años atrayendo visitantes. Sin embargo, el caso de Ucrania, en medio de un conflicto aún activo, genera un debate ético sobre los límites de este tipo de turismo.