WTM Latin America: Tania Neres y el poder del afroturismo como legado, identidad y resistencia

Compartir:

Por Mary de Aquino

En la WTM Latin America, Tania Neres, coordinadora de Diversidad, Afroturismo y Pueblos Indígenas de Embratur, habla sobre ancestralidad, artesanía, turismo de base comunitaria y la urgencia de reconocer la presencia negra como fuerza motriz de la cultura y la economía de Brasil.

“Me descubrí mujer negra a los 35 años”

La frase de Tania Neres resuena con la fuerza de quien transformó el dolor en propósito. En plena WTM Latin America 2025, celebrada del 14 al 16 de abril en el Expo Center Norte de São Paulo, la coordinadora de Embratur narró su trayectoria con una honestidad visceral: de hija de migrantes bahianos a pionera del afroturismo institucional en el país.

“Salvador me salvó”, dice, refiriéndose a la ciudad que acogió su transformación identitaria — “dejé de alisarme el pelo, conocí mi cabello, conocí quién era yo”.

Resistencia que alimenta, enseña y encanta

Tania destaca que el afroturismo no es solo una forma de viajar — es una estrategia de desarrollo territorial y fortalecimiento de la identidad negra. “Afroturismo es cuando contamos nuestra historia con nuestra propia voz. Es el reverso de la postal que necesita mostrarse”.

Señala ejemplos como el Quilombo dos Palmares en Alagoas, que considera “la Meca del afroturismo”, el Recôncavo Bahiano con sus comunidades pesqueras y productoras de ostras, y Rio Grande do Sul, que “tiene más terreiros de candomblé que Bahía”.

Artesanía y saberes ancestrales como producto turístico

“Es la hoja que se convierte en estampado. Es la comida que cuenta la historia. Es el arte que resiste.”

En su relato, la cultura negra está viva en los detalles: desde las fitograburas elaboradas por comunidades quilombolas hasta el “boi da Floresta”, de un quilombo urbano en São Luís, que hoy aparece en la apertura de una telenovela de Globo.

Recuerda que la artesanía no es solo mercancía. “Es historia, es memoria, es resistencia. Esa muñeca, ese collar, ese plato típico — todo eso lleva ancestralidad”.

Vendedores ambulantes como agentes del turismo informal

Tania fue enfática al mencionar a los trabajadores invisibilizados que mueven el turismo. “Es el ambulante que vende acarajé en la playa, que lleva cultura, lleva historia. Y nadie lo valora. Es turismo, sí. Es el Brasil real”.

La coordinadora defiende políticas públicas que reconozcan a estos profesionales como parte estratégica del sector. “Ellos hacen lo que muchas agencias aún no entienden: ofrecen pertenencia y acogida”.

Religión, territorio y pertenencia

La religiosidad afrobrasileña también es central en el discurso de Neres. “El sur de Brasil tiene más terreiros que Bahía, y nadie habla de eso. Son comunidades quilombolas que resguardan estos espacios sagrados”.

No oculta su indignación ante el abandono histórico: “Cuando se habla de turismo religioso, solo piensan en las catedrales. ¿Y los terreiros? ¿Y la fe que resistió a la esclavitud?”, cuestiona Neres.

Una nueva ruta para el turismo brasileño

Al mapear iniciativas en todo Brasil — desde Amazonas hasta Amapá, desde Espírito Santo hasta Río de Janeiro, pasando por Maranhão, Ceará, Paraná, Santa Catarina y muchos más — Tania refuerza: “Si hay una persona negra moviéndose con conciencia, hay afroturismo”.

Hoy, celebra los frutos de su lucha. “Ya ganamos premios, ya fuimos reconocidos, y ahora tenemos voz en la WTM. Nunca imaginé que Foz do Iguaçu me llamaría para hablar de quilombolas. Pero lo hizo. Y esto es solo el comienzo”.

“La historia ya la contaron desde arriba. Ahora es hora de mostrar lo que siempre estuvo escondido. Este país es negro. Este turismo es nuestro.” — Tania Neres.