En el comienzo de 2025, Argentina atraviesa una temporada turística marcada por contrastes. Mientras destinos locales logran mantener una ocupación hotelera destacada, el turismo emisor muestra un aumento significativo, con muchos argentinos eligiendo Brasil y otros países sudamericanos debido al tipo de cambio favorable. Esta dinámica plantea interrogantes sobre la competitividad del país frente a sus vecinos en un sector clave para la economía.
La temporada de verano: luces y sombras
Según datos recientes, las principales ciudades turísticas de Argentina registran niveles de ocupación hotelera entre el 75% y el 85%, cifras alentadoras para el contexto económico actual. Sin embargo, este porcentaje contrasta con la disminución del turismo interno en destinos tradicionales como Mar del Plata y Bariloche, que sintieron el impacto de las preferencias cambiantes de los viajeros.
«Observamos que muchos argentinos están viajando al exterior, principalmente a Brasil, donde los costos son competitivos y la oferta turística se diversifica enormemente», explica Federico Escher, secretario de Turismo y Cultura de Colón. A pesar de esta tendencia, destinos menos convencionales como Entre Ríos, el norte argentino y la región del Cuyo crecieron en popularidad, destacándose por su relación calidad-precio y su variedad de productos turísticos.
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Comparativa con otros países sudamericanos
En el contexto regional, Brasil y Chile lograron consolidarse como líderes en recepción de turistas, gracias a estrategias de promoción robustas, infraestructura moderna y políticas cambiarias favorables. Brasil, en particular, experimentó un boom de visitantes internacionales y locales, aprovechando sus icónicas playas, el carnaval y su diversidad cultural.
Chile, por su parte, apostó al turismo de experiencias, como el enoturismo en los valles centrales, el astroturismo en el norte y la aventura en la Patagonia. Estos enfoques despertaron el interés no solo a viajeros locales, sino también a turistas argentinos que buscan alternativas en el extranjero.
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En contraste, Argentina enfrenta desafíos significativos, como la inflación y las fluctuaciones cambiarias, que impactan tanto en el costo de los servicios turísticos como en la capacidad adquisitiva de los viajeros nacionales. A pesar de estos obstáculos, el país sigue siendo competitivo en aspectos no económicos, como la riqueza cultural, la diversidad paisajística y la calidez de su gente.
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Estrategias y oportunidades
Para contrarrestar la fuga de turistas al exterior, Argentina intensificó su presencia en ferias internacionales con propuestas innovadoras. Además, la promoción del turismo sustentable y las rutas gastronómicas, como los caminos del vino y del queso, buscan atraer tanto a locales como a extranjeros.
Federico Posadas, ministro de Turismo de Jujuy, destaca la importancia de diversificar la oferta turística: «Los viajeros buscan experiencias auténticas y destinos que ofrezcan naturaleza, cultura y sostenibilidad. Nuestro desafío es posicionar a Argentina como un líder en estos segmentos».
El impacto económico del turismo
En 2024, el turismo representó el 8% del PIB de Argentina, una cifra que se espera mantener o aumentar gracias a políticas de incentivo que estimulen el turismo interno. Sin embargo, para lograr un crecimiento sostenible, expertos señalan la necesidad de mejorar la infraestructura, reducir los costos operativos y fomentar la inversión privada en el sector.
Perspectivas para 2025 y más allá
Aunque Argentina enfrenta una competencia fuerte en Sudamérica, su potencial sigue siendo enorme. Con recursos naturales como las Cataratas del Iguazú, el Glaciar Perito Moreno y los Valles Calchaquíes, combinados con una rica oferta cultural, el país tiene la capacidad de reposicionarse como un destino de clase mundial.
El desafío radica en equilibrar el turismo interno con la captación de visitantes internacionales, fortaleciendo su marca país y trabajando en políticas que garanticen estabilidad económica y accesibilidad. En palabras de Escher, «el turismo es una herramienta poderosa para unir culturas y fomentar el desarrollo. Nuestro objetivo es que Argentina sea siempre el destino elegido, tanto por su gente como por el mundo».
Un futuro prometedor, pero desafiante
Mientras otros países de Sudamérica avanzan en la diversificación y promoción de sus productos turísticos, Argentina tiene la oportunidad de aprovechar sus fortalezas únicas y enfrentar los desafíos con innovación y resiliencia. Con estrategias claras y un compromiso con la sostenibilidad, el país puede no solo recuperar terreno, sino también convertirse en un líder regional en el turismo.