Los sindicatos aeronáuticos de Argentina anunciaron un paro de 24 horas en Aerolíneas Argentinas, programado para este viernes 13 al mediodía y extendiéndose hasta el mediodía del sábado. La medida de fuerza, que afectará principalmente las operaciones en Aeroparque y Ezeiza, fue confirmada por Pablo Biró, secretario general del gremio APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas).
En su discurso, Biró denunció que la huelga no está motivada por cuestiones salariales, sino “por la intención del gobierno de privatizar la aerolínea de bandera y la precarización de los salarios de los trabajadores”, dijo.
Además, Juan Pablo Brey, líder del gremio AAA (Asociación Argentina de Aeronavegantes), ratificó el paro y señaló la desunión entre los gremios del sector, ya que algunas organizaciones aceptaron un acuerdo salarial por debajo del 25% reclamado por APLA y AAA. La huelga se suma a otras acciones recientes que afectaron a miles de pasajeros en los principales aeropuertos del país, generando cancelaciones y demoras en los vuelos.
Por otro lado, los trabajadores de ATE-ANAC (Administración Nacional de la Aviación Civil) también expresaron a través de un comunicado que llevarán a cabo una huelga el jueves 19 de septiembre, en sintonía con las medidas de protesta del sector aeronáutico.
Puntos claves del conflicto entre el Gobierno Nacional y los gremios aeronáuticos
El conflicto entre Aerolíneas Argentinas y los gremios aeronáuticos, especialmente con el sindicato liderado por Pablo Biró, se intensificó debido a los paros y las «asambleas informativas» que afectaron seriamente las operaciones de la aerolínea. La respuesta del gobierno, al declarar el transporte aerocomercial como un servicio esencial, refleja la preocupación por garantizar un mínimo de servicio durante las medidas de fuerza. Sin embargo, la suspensión judicial del decreto 70/23 limitó la capacidad del Ejecutivo para imponer medidas que detengan estas acciones sindicales.
El gobierno y Aerolíneas Argentinas acusan a Biró de estar utilizando su liderazgo para desestabilizar la empresa y generar un daño económico significativo, contabilizado en pérdidas de 2 millones de dólares. Además, se tomaría la decisión de expulsarlo del directorio de la aerolínea, un movimiento respaldado por la Secretaría de Transporte. A su vez, otro líder gremial, Juan Pablo Rey, también enfrentará denuncias por su participación en los paros.
Por su parte, los gremios defienden su derecho a la protesta, lo que complica aún más el escenario, dejando a los pasajeros como los más afectados por cancelaciones y demoras, sin una solución a corto plazo.
