El sector aerocomercial y el Gobierno argentino están en conflicto por la continuidad del impuesto del 7% sobre los pasajes aéreos al exterior, conocido como DNT, cuya vigencia, según la ley de presupuesto de 2015, expira el próximo 5 de enero. Mientras las aerolíneas sostienen que el tributo debe extinguirse, el Gobierno argumenta que seguirá vigente hasta 2027 debido a la prórroga de su asignación específica para financiar el Fondo Nacional de Turismo.
El DNT, principal fuente de ingresos del Fondo, fue prorrogado en 2015 por 10 años, pero su continuidad dependía del presupuesto 2025, que no fue aprobado. Las aerolíneas advierten sobre riesgos legales si continúan cobrando un tributo que consideran inaplicable después de la fecha límite. Según Eliseo Devoto, consultor jurídico, la prórroga de la asignación específica del fondo no implica que el impuesto pueda seguir recaudándose sin un marco legal claro.
El conflicto escaló en los últimos días debido a la necesidad de las aerolíneas de ajustar rápidamente sus sistemas de cobro. Representantes de la Cámara de Compañías Aéreas (JURCA) y de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) decidieron elevar el caso a instancias internacionales para evaluar los pasos a seguir.
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Actualmente, los pasajes al exterior están sujetos a varios impuestos, entre ellos la tasa aeroportuaria (US$57), la tasa de seguridad de la aviación (US$8) y la percepción a cuenta del impuesto a las Ganancias (30%). La reciente eliminación del impuesto PAIS redujo los costos de los pasajes, y la posible extinción del DNT podría abaratar aún más los vuelos internacionales.
Argentina se encuentra entre los países de la región con mayor carga impositiva sobre los pasajes aéreos. Este debate impacta a las aerolíneas como así también a los consumidores, quienes podrían beneficiarse de una significativa reducción en los precios si el DNT finalmente desaparece.
