La reciente aprobación de un nuevo cobro migratorio a pasajeros de cruceros, estipulado en la Ley Federal de Derechos (LFD) 2025, desató una ola de reacciones en el sector turístico. El Senado estableció un impuesto de 42 dólares por pasajero, una medida que generó preocupación entre expertos y legisladores debido a su posible impacto negativo en la competitividad de México como destino de cruceros.
Reacciones desde el Gobierno
La presidenta Claudia Sheinbaum informó que los titulares de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, trabajarán en coordinación con las navieras para analizar esta medida. Durante una reunión, ambos funcionarios acordaron iniciar conversaciones con las compañías de cruceros para discutir posibles alternativas o ajustes al cobro.
Sheinbaum sugirió que la tarifa podría no aplicarse en su totalidad a los pasajeros, a pesar de que el decreto ya fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Sin embargo, no se especificaron detalles sobre cómo se implementaría esta reducción.
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La medida encendió alarmas en la industria turística, especialmente porque los cruceros, que anteriormente estaban exentos de este tipo de impuestos, ahora enfrentarán un incremento significativo en costos operativos. Legisladores de oposición, como Luis Donaldo Colosio Riojas, advirtieron que el cobro podría situar a México como el destino más caro de la región del Caribe para los cruceros, superando en un 213% el promedio regional.
Además, Colosio señaló que esto podría desincentivar el arribo de cruceros internacionales, afectando a las economías locales de destinos clave como Cozumel, Mahahual y Puerto Vallarta, que dependen en gran medida de este tipo de turismo.
División en el Senado
El debate en el Senado fue intenso. El senador de Morena, Armando Ayala, propuso una reserva para exentar del cobro a las tripulaciones de los cruceros, argumentando que se trata de viajes internacionales y que imponer este impuesto es contrario a prácticas globales. Sin embargo, la propuesta fue rechazada, incluso por integrantes de su propio partido.
Por otro lado, la LFD 2025 no contempla nuevos impuestos, pero sí incrementos significativos en otros sectores, como minería (de 7.5% a 8.5%), extracción de metales preciosos y servicios migratorios, además del aprovechamiento de Áreas Naturales Protegidas y escuelas de aviación.
Un futuro incierto para el turismo marítimo
Aunque el Gobierno mostró disposición para dialogar con las navieras, el impacto del impuesto sigue siendo una preocupación latente. México, uno de los principales destinos de cruceros del mundo, podría enfrentar una reducción en la llegada de pasajeros si las tarifas elevadas resultan disuasorias para las líneas de cruceros y los turistas.
El sector turístico espera con cautela las negociaciones entre las autoridades y las empresas navieras, mientras que expertos advierten sobre la necesidad de encontrar un equilibrio que no afecte la competitividad del país en el mercado global.