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El Salto Ángel: la majestuosa cascada de Venezuela

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Ubicado en el corazón del Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar, Venezuela, el Salto Ángel se alza como la cascada más alta del mundo, con una impresionante altura total de 979 metros y una caída ininterrumpida de 807 metros. Este fenómeno natural, considerado una de las maravillas más impresionantes del planeta, no solo se destaca por su altitud, sino también por la majestuosidad y belleza de su entorno selvático. Es un espacio natural protegido, al ser declarado Parque Nacional el 12 de junio de 1962 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

Así es la historia de su apasionante descubrimiento

El Salto Ángel debe su nombre al aviador estadounidense Jimmie Angel, quien en 1933 realizó un vuelo sobre la región del Auyantepui y quedó maravillado por la gigantesca caída de agua. Cuatro años después, en 1937, Angel aterrizó su avión en la cima del tepui, pero quedó atascado en el terreno, lo que llevó a que él y su equipo tuvieran que descender a pie, un viaje que duró once días y que incrementó la fama del lugar.

Acceso y atracción turística

Visitar el Salto Ángel es una aventura en sí misma debido a su ubicación remota. Los turistas deben primero volar hasta el campamento Canaima, punto de partida para la mayoría de las excursiones. Desde allí, un viaje en canoa motorizada por el río Carrao y una caminata a través de la densa selva llevan finalmente a los visitantes hasta la base de la cascada. Esta travesía no solo ofrece vistas impresionantes del salto, sino también una inmersión en la biodiversidad única de la región.

El Salto Ángel no es solo una atracción turística; también es un símbolo de la riqueza natural de Venezuela y un recordatorio de la importancia de preservar los entornos naturales. La caída de agua se origina en el río Churún, que fluye a través del Auyantepui, uno de los numerosos tepuyes de la Gran Sabana, formaciones geológicas que datan de millones de años y albergan ecosistemas únicos.

El entorno que rodea el Salto Ángel está habitado por diversas comunidades indígenas, entre ellas los pemones, quienes han vivido en armonía con la naturaleza durante siglos y consideran el salto como un lugar sagrado. Estas comunidades juegan un papel crucial en la preservación del área y en la promoción del ecoturismo sostenible.

Este lugar es un destino que atrae a aventureros y amantes de la naturaleza de todo el mundo. Su inigualable altura, su impresionante belleza y la riqueza cultural de su entorno hacen de esta cascada una maravilla natural digna de admiración y protección. Para aquellos que buscan una experiencia que combine aventura, naturaleza y un profundo sentido de conexión con la historia y la cultura, el Salto Ángel es, sin duda, una elección insuperable.