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Florencia endurece las medidas contra el turismo masivo en medio de la reunión del G7

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La histórica ciudad de Florencia implementó una serie de nuevas regulaciones para abordar el exceso de turismo, una medida que coincide con la llegada de los ministros de turismo del G7, quienes se reúnen en la ciudad para debatir el futuro del turismo en Italia y su impacto global. Estas iniciativas buscan preservar el patrimonio y la calidad de vida de los residentes, en un momento en que la recuperación del turismo ha alcanzado niveles récord tras la pandemia.

El gabinete de la alcaldesa Sara Funaro aprobó un plan de 10 puntos que incluye la prohibición de las populares cajas de llaves en el centro histórico, usadas frecuentemente en apartamentos de alquiler a corto plazo, y la restricción del uso de altavoces por parte de los guías turísticos. Estas medidas buscan minimizar las molestias para los residentes y reducir la proliferación de alquileres vacacionales que están transformando el centro de Florencia en una zona de alojamientos temporales, desplazando a la población local.

En respuesta a la invasión turística, los florentinos expresaron su frustración mediante protestas simbólicas, colocando cruces rojas sobre las cajas de llaves, reclamando por la pérdida de identidad de su ciudad. Según datos del instituto ISTAT, Italia recibió en 2023 una cifra récord de 134 millones de llegadas y 451 millones de estadías, con un notable aumento en alojamientos no hoteleros, lo que refleja una transformación en la demanda turística.

Italia ocupa el cuarto lugar mundial en popularidad de destinos turísticos, según el Barómetro Mundial de Turismo de la ONU, y su sector turístico aporta aproximadamente el 10,5% al PIB nacional. A pesar de estos logros, la ministra de Turismo, Daniela Santanche, manifestó que Italia tiene el potencial de atraer 50 millones de visitantes adicionales al año. No obstante, señaló la necesidad de un crecimiento sostenible, priorizando la calidad sobre la cantidad.

Las medidas en Florencia siguen la estela de Venecia, que recientemente introdujo un impuesto a los turistas de un día y restricciones en los alquileres a corto plazo. Florencia solicitó al gobierno nacional, liderado por la primera ministra Giorgia Meloni, que autorice una regulación similar para limitar el uso de propiedades como alojamientos temporales, una demanda que aún no fue aprobada.

La reunión del G7 ofrece una oportunidad clave para discutir políticas de turismo sostenible y equilibrado, abordando las tensiones entre el desarrollo económico y la preservación cultural en Italia y el resto del mundo.