Luego de superar el contexto de pandemia y levantar las restricciones para evitar la propagación del Covid-19, el sector turístico aspiraba a alcanzar las estadísticas que se lograron consolidar en el 2019, siendo así una referencia turística en España.
La visita de turistas nacionales permitió finiquitar el año de manera muy optimista, aunque la guerra de Ucrania y sus consecuencias, impidieron recuperar todo el terreno perdido.
En cualquier caso, el sector es positivo y sitúa a Cádiz como uno de los destinos con mayor potencial en los próximos años. En un contexto de incertidumbre, cuenta con destinos turísticos con proyección para una inversión rentable a medio plazo.
En el Novo Sancti Petri, que reúne una cuarta parte de las camas de la provincia, se han vendido dos de las últimas parcelas hoteleras disponibles en la zona.
Grupos de inversores destacados, anunciarán sus proyectos durante los próximos meses, en donde se pretende poner en marcha hoteles en primera y segunda línea de playa que sumarán en torno a un millar de plazas a la oferta chiclanera.
No es el único destino costero donde se han confirmado este tipo de movimientos. En El Palmar, parece desatascarse la puesta en marcha del polémico hotel que se iba a construir hace dos décadas en la zona, ahora como un hotel de lujo. Y en Cádiz capital, se ha confirmado la venta del hotel del Estadio por 25 millones de euros, así como la reciente inauguración del hotel del Grupo Q en la antigua residencia de Tiempo Libre.
Además, también hay movimientos importantes en Costa Ballena. Según se pudo saber, están a punto de cerrarse varias operaciones de compra-venta en distintos puntos del complejo turístico, tanto en la zona más pegada a Chipiona como en la de Rota. Detrás de los terrenos también están cadenas hoteleras destacadas que proyectarán nuevos hoteles y apartamentos turísticos.
Los anuncios llegaron incluso lejos de la costa, con proyectos de turismo interior también en la Sierra de Cádiz. Recientemente, Grazalema confirmó el primer alojamiento hotelero para Benamahoma, proyectado sobre el antiguo albergue que la empresa sevillana Lipasam tenía para familias de trabajadores.
Todas estas operaciones, a las que se podrían sumar otras en los próximos meses, constatan que el mercado hotelero gaditano vive su momento de mayor actividad desde la crisis de 2008. Los inversores se fijan en Cádiz, donde encuentran una provincia con proyección para una inversión segura.
Todo ello pese al aumento de los costes de construcción y la incertidumbre respecto al turismo internacional. ¿Por qué? “Porque confían en que dentro de dos o tres años nos hayamos recuperado del todo y se inicie un nuevo ciclo turístico”, explicó el presidente de la Asociación Provincial de Hoteles, Stefaan De Clerck, quien espera que el bache acabe “con el fin de la guerra de Ucrania”. El sector encuentra diferencias notables con 2008: “Esta vez se estabilizará pronto”.
“Cádiz es hoy un destino con gran futuro que ofrece estabilidad. La provincia no está sobre edificada como para que haya masificaciones porque ha habido una construcción sostenible, organizada y respetuosa con el medio ambiente, lo que conlleva que tengamos un potencial brutal en los próximos años”, concluyó el portavoz de los hoteleros.
Hoteles de cuatro y cinco estrellas y apartamentos, apuesta segura
El resurgir del mercado hotelero se constata en Cádiz con varias operaciones que muestran las prioridades de los inversores. En el sector confían en que los establecimientos hoteleros de cuatro o cinco estrellas “sigan funcionando bien”, con el Novo Sancti Petri como estandarte.
Cabe recordar que Chiclana se confirmó este año como el tercer municipio con mayor gasto por visitante del país. Además, otro modelo que ofrece una gran rentabilidad son los apartamentos turísticos, que “permiten competir con hoteles” y ofrecer un producto complementario para las familias “que buscan otro tipo de comodidades”.
Fuente: DiarioDeSevilla