Por Roberto Urrinés
En una decisión teñida de polémica y oscuros acuerdos, dos de las grandes empresas de cruceros habrían acordado con el Gobierno brasileño realizar la temporada de verano solamente en aguas brasileñas, en desmedro de los puertos de Montevideo (Uruguay) y Buenos Aires (Argentina).
Públicamente se dieron a conocer comunicados de ambas empresas lamentando la decisión del gobierno brasileño de dictar ordenanzas que circunscriben la navegación de cruceros sólo en aguas de ese país y señalando la predisposición de los gobiernos argentino y uruguayo de llevar adelante la temporada.
Sin embargo, diferentes operadores brasileños reconocieron que en realidad la decisión habría sido consensuada con ambas compañías, argumentando por un lado el extenso itinerario de navegación que pueden realizar en Brasil (incluso ingresando al Amazonas) y por el otro «la solución» para trasladar a los turistas argentinos y uruguayos que quieran hacer cruceros, trasladándolos en avión hacia Brasil. «Los que se quejen porque no van a Argentina o Uruguay se los lleva en avión a Brasil y listo», mencionó uno de los operadores que prefirió resguardar su nombre.
En síntesis, la decisión ya habría sido madurada a mediados de septiembre, después de que el gobierno argentino haya anunciado que a partir del 20 de octubre podía iniciarse la temporada de cruceros y sabiendo que Uruguay también había anunciado la misma decisión.
«Observamos que a las corporaciones de cruceros no les interesa las empresas argentinas que trabajan con la temporada, solamente están mirando su economía, no miran el turismo en general, sin embargo, aquí en Argentina, varias empresas y entidades vinimos hablando varios meses con el gobierno para conseguir la autorización y una vez que se oficializa ellos salen haciendo estos acuerdos oscuros que quieren disimular públicamente» señala un operador argentino muy enojado por la situación.
Es que se sabe que ambas compañías priorizan operar y llenar los cruceros, sin importarle la procedencia o las tradicionales temporadas entre los tres países. Una actitud lamentable que ya está calando hondo entre el empresariado y turistas argentinos y uruguayos.