La huelga que afecta a la planta de Boeing en Seattle, donde se construye el 737 MAX, está costando a la compañía 100 millones de dólares al día, según varios analistas. El paro, que comenzó la semana pasada, podría comprometer la estabilidad financiera de la empresa y afectar a sus clientes, como Ryanair, que ya advirtió sobre los perjuicios de los retrasos en las entregas de aviones.
Fitch, Moody’s y S&P Global Ratings expresaron que, de prolongarse la huelga, la calificación crediticia de Boeing podría verse afectada, lo que pondría aún más presión sobre unas cuentas ya debilitadas por problemas de reputación y fallos técnicos en varios modelos. Brian West, director financiero de Boeing, indicó que se están tomando medidas para preservar el efectivo y evitar mayores pérdidas, incluyendo la pausa en las órdenes de compra de los programas de los aviones 737, 767 y 777.
Además, los retrasos en las entregas, agravados por problemas en la cadena de suministro y un mayor control de calidad, podrían afectar a la capacidad de las aerolíneas para la temporada de verano de 2025. Michael O’Leary, presidente de Ryanair, dijo que el crecimiento de la aerolínea se ralentizará debido a la falta de aviones, lo que obligó a la compañía a ajustar sus previsiones de pasajeros para lo que resta del 2024.