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Para no derrochar agua, Cataluña fija un consumo máximo para los turistas

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La Generalitat de Cataluña permitirá el llenado de piscinas con la condición de que sean de uso público y declaradas como refugios climáticos, al tiempo que ha fijado un tope específico de consumo máximo para establecimientos turísticos de 100 litros por plaza en fase de emergencia, situación en la que ya se encuentran Barcelona y Girona. Según el Govern, este límite es equivalente al consumo doméstico de los ciudadanos catalanes.

El umbral para el turismo de los 100 litros por plaza será obligatorio sólo en municipios donde durante tres meses se superen las dotaciones máximas contando todos los consumos (200 litros por habitante y día en fase de emergencia), un límite que por ejemplo no supera la ciudad de Barcelona.

En su reunión semanal de cada martes, el Govern ha aprobado un nuevo decreto que adaptará la regulación vigente de la sequía, en un momento en el que gran parte de Cataluña sigue en fase de emergencia por sequía a pocos meses del verano, la temporada estrella para el sector turístico.

Con este nuevo decreto, el Govern establece un umbral para alojamientos turísticos en función de cada fase: 115 litros por plaza en excepcionalidad (fase en la que se encuentran parte de la Cataluña central y del norte de Girona), 100 litros en emergencia (área metropolitana de Barcelona y gran parte del este de la provincia de Girona) y 90 litros en emergencia II (sólo el embalse de Darnius Boadella, cerca de Figueres, en Girona).

Condiciones del llenado de piscinas

Ante un posible verano de calor extremo, los ayuntamientos harán un censo de las piscinas que puedan ser decretadas como refugio climático para que se puedan rellenar. En ese caso podrán hacerlo en las cantidades “indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua” y siempre que se apliquen medidas de ahorro adicionales que compensen el agua que se utilice, como el cierre de las duchas, según ha informado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja.

La medida está pensada sobre todo para piscinas municipales de titularidad pública, pero también podrían entrar en este grupo las privadas. No es el caso de las de uso particular -de una única casa-, pero sí pueden considerarse las de comunidades de vecinos, en el caso de que se llegue a un acuerdo con los ayuntamientos.

Regulación de las desalinizadoras móviles

En todo caso, el sector turístico tiene otra alternativa, las desalinizadoras móviles de titularidad privada, como la que promueven los hoteleros de Lloret de Mar(Girona). Para ellas el nuevo decreto establece un régimen especial con las condiciones para ser autorizadas.

Entre ellas, destaca que la desalinizadora se use para la actividad económica en concreto y sirva para mantener los puestos de trabajo, y que los hoteles que se beneficien presenten un plan de ahorro de su consumo de agua. Como el agua de desalinizadoras móviles no es de la red y no reduce la disponibilidad de agua, el Govern permite usarla para rellenar piscinas del sector turístico que dispongan de esta infraestructura.

“Pero si no tienen desalinizadora privada y si el ayuntamiento del municipio no lo considera un refugio climático, veremos este verano algunos hoteles con una piscina impracticable, lo que es grave pero más grave es la sequía que vive Cataluña”, ha afirmado la portavoz. Plaja ha defendido que el cometido del Govern es equilibrar las necesidades de los sectores económicos con que “el ciudadano siga teniendo agua cuando abre el grifo y se pueda duchar”.

Fuente: www.hosteltur.com