Los gobiernos de Perú y Bolivia avanzan en su cooperación bilateral con la instalación de un nuevo módulo fronterizo temporal entre San Lorenzo (Perú) y Extrema (Bolivia). Este acuerdo busca fortalecer la integración física, social y comercial entre las regiones amazónicas de Madre de Dios (Perú) y Pando (Bolivia), facilitando el tránsito de personas y mercancías.
El anuncio se realizó durante la visita oficial de la canciller boliviana Celinda Sosa a Lima, donde fue recibida por su homólogo peruano, Elmer Schialer. Ambos funcionarios firmaron un memorándum de entendimiento que formaliza este paso fronterizo, el cual operará como un puente de conexión clave entre las comunidades fronterizas.
Más integración y conectividad entre Perú y Bolivia
Este nuevo punto de cruce forma parte de un esfuerzo más amplio por mejorar la infraestructura binacional. En esta línea, los cancilleres reafirmaron su compromiso con la habilitación de la carretera Tacna-La Paz, un corredor estratégico que permitirá agilizar el transporte de mercancías y fortalecer el comercio exterior boliviano, facilitando su acceso a mercados del Asia-Pacífico a través del puerto de Chancay, en Perú.
Además, ambos países explorarán nuevas iniciativas en materia de seguridad, dentro del marco de la Comunidad Andina de Naciones, con el objetivo de reforzar la cooperación en este ámbito.
Compromiso ambiental: protección del Lago Titicaca
En el encuentro, Perú y Bolivia también firmaron el Plan Operativo Bienal 2025-2026 de la Autoridad Binacional Autónoma del Lago Titicaca. Este acuerdo busca combatir la contaminación del lago y garantizar un uso equitativo de sus recursos hídricos, impulsando el desarrollo sostenible en sectores clave como pesca, turismo y agricultura.
“La historia, la cultura y las costumbres nos unen. Compartimos sueños y avanzamos en el diálogo para mejorar la calidad de vida de nuestros hermanos”, destacó la canciller boliviana Celinda Sosa, subrayando la voluntad de ambos países por fortalecer su relación.
El desafío del contrabando en la frontera
Pese a estos avances en la integración, el contrabando en la frontera de Desaguadero sigue siendo una preocupación central. Se estima que este problema le cuesta a Perú alrededor de 600 millones de dólares anuales, aunque la cifra real podría ser mayor debido a la falta de controles efectivos.
Con estos acuerdos, Perú y Bolivia reafirman su interés en consolidar una cooperación más estrecha que les permita enfrentar desafíos comunes, impulsar la economía y mejorar la calidad de vida en sus regiones fronterizas.