La inteligencia artificial agéntica, capaz de tomar decisiones autónomas, ya está casi preparada para realizar reservas hoteleras por cuenta del usuario. Sin embargo, el ecosistema turístico aún enfrenta múltiples barreras que impiden su implementación masiva, según advirtió Pablo Delgado, CEO de Mirai para América.
Aunque la tecnología avanza a pasos firmes, las reservas hoteleras presentan desafíos únicos: manejo de datos sensibles, regulaciones como el RGPD y la PSD2, integración de sistemas de fidelización y complejidad en las políticas de cancelación, tarifas y preferencias del huésped. “El ecosistema no está alineado en confianza, incentivos ni control de datos”, explicó Delgado.

Uno de los mayores obstáculos radica en la fricción durante el pago y la resistencia de los proveedores turísticos, que temen perder el vínculo directo con sus clientes. Además, aún no hay un modelo claro de monetización entre hoteles, OTAs y plataformas de IA, lo que desincentiva su adopción.
Delgado también advirtió sobre la falta de claridad en la atención al cliente en caso de cambios o cancelaciones, así como la incertidumbre sobre si los viajeros confían lo suficiente como para delegar sus decisiones a una IA.
No obstante, el experto ve oportunidades en nichos específicos como los viajes corporativos o reservas repetidas. “Podría ser un canal viable en situaciones de bajo riesgo y alta frecuencia”, señaló, aunque para que esto suceda será clave una cooperación efectiva entre plataformas, proveedores y usuarios.