En el corazón de los Andes ecuatorianos, la ciudad de Riobamba se convierte en un escenario vibrante de espiritualidad y folklore cada diciembre y enero. Los Pases del Niño, una tradición que trasciende el tiempo, unen a miles de personas en un acto de fe y celebración cultural único en su tipo.
Un origen de fe y resiliencia
El origen de los Pases del Niño se remonta a 1903, cuando Xavier Mendoza, un devoto ciudadano de Riobamba, inició esta tradición como un acto de fe familiar. Sin embargo, el simbolismo del Niño Jesús en esta región tiene raíces aún más profundas, vinculadas al terremoto de 1797. Según la tradición, la imagen del Niño Jesús sobrevivió al devastador sismo, fortaleciendo la devoción de los riobambeños y convirtiéndose en un símbolo espiritual y protector.
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Eventos principales: La devoción toma las calles
Actualmente, esta celebración se estructura en dos grandes eventos:
El Niño Rey de Reyes de la Familia Mendoza: Realizado en el emblemático Oratorio del Niño.
El Niño Rey de Reyes Chimborazo: Organizado por la Curia desde 2004, cuya procesión principal se celebra el 6 de enero.
Desde noviembre hasta enero, Riobamba se llena de vida con procesiones, novenas, danzas, y desfiles que reflejan la creatividad y el fervor de sus habitantes.
Un desfile lleno de magia y simbolismo
La noche del 5 de enero marca el inicio del clímax de los Pases del Niño con procesiones de antorchas, fuegos artificiales y la última novena. Al amanecer del 6 de enero, el “albazo”, una melodía tradicional, despierta la ciudad para dar inicio al desfile principal.
Cada personaje del desfile tiene un profundo simbolismo:
Curiquingue: Con sus movimientos dinámicos y traje de seda, representa al ave andina que rinde tributo al sol.
Sacha Runa: El hombre de la selva, vestido con materiales sostenibles, simboliza la conexión con la naturaleza.
Danzantes de Yaruquíes y Punín: Reflejan el sincretismo entre la fe católica y las tradiciones indígenas.
Payaso: Con alegría y dinamismo, protege la imagen del Niño.
Perro: Vestido con cabuya y telas coloridas, resguarda a los participantes.
Diablo Sonajero: Una figura que combina rebeldía cultural y tradición con su chaqueta roja y azul y una máscara de lata.
Un legado de arte y esfuerzo comunitario
Los trajes de los personajes, elaborados con detalles minuciosos, son auténticas obras de arte que tardan meses en confeccionarse. Estas vestimentas reflejan el compromiso de la comunidad con esta tradición, que trasciende generaciones.
Una invitación a descubrir Riobamba
Visitar Riobamba durante los Pases del Niño es sumergirse en una experiencia cultural única, donde la música, el color y la espiritualidad se entrelazan para ofrecer una vivencia inolvidable. La “Sultana de los Andes” invita a todos los visitantes a ser parte de esta celebración, a conocer la historia de su gente y a vivir la magia de sus tradiciones.