La Primera Fiesta del Queso del Uruguay se celebró el pasado domingo, 29 de septiembre, de 10 a 18 horas, en la Plaza de los Fundadores de Nueva Helvecia, en Colonia. Un día antes, tuvo lugar el 19º Concurso de Quesos, por lo que los asistentes pudieron visitar los puestos con los productos premiados destacados, degustar, comprar y disfrutar de un contacto directo con los productores.
El departamento de Colonia, en Uruguay, no solo es conocido por su belleza histórica y arquitectónica, sino también por ser la cuna de su tradición quesera. Desde la llegada de los colonos europeos, especialmente suizos, esta región ha sido protagonista en la producción de quesos artesanales que hoy forman parte del patrimonio gastronómico del país. Pequeñas empresas familiares, muchas de ellas con generaciones dedicadas al arte de hacer queso, están llevando este producto a nuevos horizontes a través de la Ruta del Queso, una iniciativa que promueve el turismo y revaloriza el trabajo de los productores locales.
Un festival para celebrar la tradición quesera
El 1° Festival de Quesos de Nueva Helvecia fue el escenario perfecto para celebrar este legado. Andrea Porley Páez, especialista en quesos y asesora técnica de la Asociación Turística del Departamento de Colonia, destacó la importancia del evento: «Estamos en el marco del 19º Concurso Nacional del Queso del Uruguay, una instancia que busca reivindicar y revalorizar la cultura del queso en todo el país. Nuestro objetivo es dar visibilidad a la región este de Colonia, que es la cuna del queso en Uruguay, y promocionar las experiencias enogastronómicas que ofrecemos a nivel turístico».
El evento no solo atrajo a locales, sino también a turistas nacionales e internacionales, lo que reafirma el impacto que el queso tiene como motor económico y cultural en la región. «Colonia es un destino variado con atractivos únicos, como nuestras rutas de queso y vino, que lo ubican en un lugar privilegiado para el turismo», agregó Luciana Sarett, subdirectora turística del departamento.
El valor de los pequeños productores
La riqueza de la Ruta del Queso se basa en la dedicación de pequeñas empresas familiares que han sabido mantener y perfeccionar las técnicas queseras a lo largo de las generaciones. Laura Honegger, de Quesos Honegger, elabora quesos en forma de corazón y dedica su trabajo a honrar a sus ancestros suizos. «Nuestros quesos Camembert llevan el nombre de nuestra familia, que llegó en 1861 con muchos sueños. Hoy, con mi empresa familiar, seguimos ese legado con la esperanza de llevar nuestros productos a todas partes», expresó.
Otro ejemplo es Susana Guerrero, propietaria de Los Criollitos, una quesería ubicada en la ruta 1, kilómetro 117. Susana ha transformado su local en un espacio de encuentro donde los visitantes pueden disfrutar de una experiencia sensorial única. «Ofrecemos una cata sensorial de quesos, donde el público no solo prueba, sino que aprende sobre sabores, texturas y cómo combinarlos con vinos o cervezas para realzar su potencial», comentó Guerrero.
Vino y queso y la combinación artesanal
La combinación del queso con otros productos artesanales también juega un papel esencial en el turismo de la región. Mirta Rivas y su esposo, Julio Ingold, propietarios de la Bodega Turística Los Pinos, han creado una experiencia enogastronómica que combina el vino con los quesos y dulces locales. «Nuestra bodega artesanal tiene más de 100 años de historia, y en nuestras visitas mostramos la cultura de la zona a través de una mesa familiar que destaca los productos locales», explicó Rivas.
Un futuro prometedor
La tradición quesera en Colonia no solo trasporta al pasado, sino que sigue innovando y expandiéndose. Empresas como La Positiva, dirigida por Rosana Wolcan, continúan evolucionando con nuevas tecnologías sin perder de vista sus raíces. «Nuestra empresa fue fundada en 1930 y hoy estamos enfocadas en producir productos lácteos con una mirada actual, pero siempre recordando la receta tradicional de nuestros abuelos», señaló Wolcan.
Así, la Ruta del Queso de Colonia se consolida como un eje central del desarrollo turístico y económico de la región, donde cada pequeño productor aporta su historia, su esfuerzo y su pasión por el queso, transformando un oficio ancestral en una experiencia inolvidable para quienes visitan esta tierra rica en sabores.
Por Mary de Aquino, periodista brasileña de Turismo y Gastronomía.
Fotografías: Mary de Aquino
