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El turismo deportivo busca recuperar a los viajeros perdidos por el covid

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Por Natalia Mateos

El turismo deportivo se ha convertido en una de las mejores formas de vender la marca España. El país recibió a 592.100 turistas internacionales que llegaron con el objetivo principal de realizar actividades deportivas, con un gasto asociado de 650,7 millones de euros, de acuerdo con los datos del Anuario de estadísticas deportivas de 2022. Sin embargo, esta cifra sigue un 60,7% por debajo de los datos que se registraban en 2019, con anterioridad a la crisis sanitaria del covid. Por un lado, están los viajeros que acudieron a España para asistir a un espectáculo deportivo, que en 2021 alcanzaron la cifra de 436.000 visitantes, y por otro están los 5,6 millones de turistas activos que practicaron deporte. Estos datos tienen en cuenta, por un lado, los 592.100 visitantes que viajaron a España con el objetivo principal de realizar una actividad deportiva y, por otro, los en torno a cinco millones de viajeros que vinieron con otros motivos, pero practicaron alguna disciplina.

Si se tienen en cuenta el total de turistas que llegaron a España y realizaron alguna actividad relacionada con la industria del deporte, la cifra total fue de en torno a seis millones en 2021. Este dato supone una caída del 59% respecto a los 14,3 millones de viajeros que lo hicieron en 2019, con anterioridad al covid. Los turistas internacionales que acuden a España y terminan practicando algún deporte suelen ser viajeros de poder adquisitivo medio-alto. Cada turista se deja de media 1.420 euros y 1.270 euros cuando vienen para realizar rutas a caballo o navegar en barco, respectivamente.

El desafío hoy es cómo recuperar el negocio perdido como consecuencia de la pandemia y evitar que parte de ese turismo acabe apostando por otros destinos. Para ello, desde muchos sectores ya se están realizando inversiones para ofrecer las máximas garantías de seguridad y mejorar las instalaciones de cara al público internacional. Pero, sobre todo, se está elevando el presupuesto para captar grandes eventos que promocionen turísticamente el territorio, como reflejan las estrategias de la Comunidad de Madrid, Cataluña o Andalucía, entre otros.

El Área de Turismo de Madrid ha destinado un total de 18,2 millones de euros en los dos últimos años al patrocinio de grandes competiciones, como la Copa Davis o el Open de España de Golf.

Además, la capital española apuesta por los deportes urbanos y por acoger el Madrid Urban Sport y también la celebración de Madrid Crossfit Challenger Series 2021, ambas gestionadas por SevenMila. Por su parte, Cataluña ha logrado atar la permanencia de la Fórmula 1 y MotoGP en el Circuit de Barcelona-Catalunya y atraer la Copa de América de vela. Además, la región ha presentado su candidatura para albergar la Ryder Cup de 2031 tras el frustrado proyecto de los Juegos de Invierno.

Otra de las comunidades autónomas que más pasos han dado en esta dirección es Andalucía. El Gobierno regional quiere turistas y sabe que la notoriedad mediática del deporte de alta competición se los puede dar, razón por la que ha aportado 47,8 millones para convertir la región en un hub mundial de competiciones deportivas.

Eventos como el Gran Premio de Jerez o las finales de la Copa del Rey en la Cartuja son una muestra de la apuesta de la Junta de Andalucía por este tipo de turismo. Y no es para menos, pues el impacto que algunas de estas competiciones tiene en la región donde se celebran no es nada desdeñable. Este es el caso del Maratón de Valencia que, en 2019, último año antes de la pandemia, generó una cifra récord de gasto turístico de 23 millones de euros, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. Lo mismo sucede con competiciones como el Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó que, en la pasada edición de 2022, tuvo un impacto económico en Barcelona de 60 millones de euros.

Turismo deportivo como elemento desestacionalizador

Hay que tener en cuenta que hay regiones españolas donde la dependencia del turismo deportivo es elevada. Este es el caso de zonas como Sierra Nevada, Costa del Sol o determinadas zonas de las islas. El turismo asociado al golf se ha convertido en un enorme reclamo para los viajeros internacionales. España recibe anualmente en torno a 1,2 millones de turistas extranjeros que gastan alrededor de 4.640 millones de euros al año, excluyendo el importe que gastan directamente en los clubes de golf.

Además, determinadas opciones de turismo deportivo permiten dinamizar la actividad en zonas de montaña y rurales, sin que estas estén únicamente asociadas a los deportes de invierno. Este es el caso de la empresa catalana Rocroi, especializada en deportes de aventura, como el rafting o el mushing, en la zona del Pirineo catalán. “El objetivo es dar salida a toda la demanda que hay y esto nos permite a su vez desestacionalizar la actividad”, destaca Carlos Rabaneda, administrador de la compañía. Así, el turismo deportivo no solo permite vender la marca España como negocio de cara a los visitantes internacionales, sino que permite a las empresas y administraciones españolas atraer a un viajero familiar y que apuesta por la sostenibilidad y el ecoturismo. ¿El objetivo de esta industria? Recuperar las cifras de 2019 con la mirada puesta en la desestacionalización de la actividad.