La ciudad de Valencia se encuentra en estado de emergencia a causa de las fuertes lluvias provocadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), que hasta ahora dejaron un saldo de al menos 51 personas fallecidas y varias decenas de desaparecidos.
Las intensas precipitaciones convirtieron calles y barrios enteros en ríos caudalosos, colapsando la movilidad y afectado gravemente la actividad turística en la región.
El aeropuerto de Valencia se vio obligado a cancelar más de 50 vuelos, mientras que otros fueron desviados a aeropuertos cercanos como los de Alicante-Elche y Madrid-Barajas. Las autoridades aeroportuarias y las aerolíneas trabajan arduamente para atender a los pasajeros afectados, aunque el caos es inevitable debido a las difíciles condiciones climáticas y las limitaciones de acceso.
Valencia, que suele ser un destino turístico destacado por su cultura y eventos de temporada, enfrenta un impacto económico considerable. La Asociación Valenciana de Turismo señaló que las cancelaciones y restricciones actuales, junto con el cierre de zonas turísticas y la suspensión de eventos, podrían afectar seriamente la ocupación hotelera y la actividad en establecimientos de la zona. La situación agrava aún más el panorama para comerciantes y operadores turísticos que dependen del flujo de visitantes.
Las autoridades solicitaron a la ciudadanía y a los turistas que extremen precauciones y eviten desplazamientos innecesarios. Los equipos de rescate y emergencias continúan trabajando en las zonas más afectadas, mientras se pronostica que las lluvias podrían persistir en los próximos días. La ciudad y toda la comunidad valenciana enfrentan uno de los desastres naturales más trágicos de los últimos años, que dejará una huella profunda en la región.
