Después de años de altibajos provocados por la pandemia, la icónica ruta aérea entre Santiago de Chile y Rapa Nui (Isla de Pascua) muestra señales claras de recuperación. En 2019, esta conexión movilizó a más de 303.000 pasajeros, cifra que se desplomó drásticamente durante la crisis sanitaria global. Pero los datos más recientes confirman una tendencia positiva: en 2023, cerca de 140.000 personas volaron hacia esta joya del Pacífico, lo que representa un avance importante frente a los apenas 2.000 pasajeros registrados en 2021.
Para el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, esta ruta es emblemática no solo por su valor logístico, sino también por su relevancia cultural y turística. Según explicó, “desde el fin de la pandemia, el transporte aéreo en Chile ha mostrado una recuperación progresiva”, aunque reconoce que rutas como Santiago–Rapa Nui aún no alcanzan sus niveles pre-Covid.
El renacer del turismo en la isla tiene un profundo impacto en su economía local. Así lo destacan Mónica Zalaquett, presidenta de Fedetur, y Maeva Riroroco, presidenta de la Cámara de Turismo de Rapa Nui, quienes coinciden en que el turismo es el principal motor económico de la isla. Genera ingresos, empleo y mantiene vivas las tradiciones ancestrales que atraen a visitantes de todo el mundo.
La reapertura de esta ruta no es solo un tema de conectividad aérea: es un puente cultural, económico y emocional que conecta a miles de viajeros con uno de los destinos más enigmáticos del planeta. La recuperación del turismo en Rapa Nui representa una oportunidad para fortalecer un modelo de desarrollo más sostenible y resiliente, basado en el respeto por la cultura local y el entorno natural único que la caracteriza.
Con cifras en alza y una nueva energía, la ruta entre Santiago e Isla de Pascua avanza hacia su reactivación total, demostrando que el turismo, cuando se cultiva con visión y responsabilidad, puede ser una herramienta poderosa para la reconstrucción.
